Hace 27 años, en el verano de 1991, el Tenerife cambió la costumbre de realizar concentraciones de pretemporada en casa (Puerto de la Cruz y La Orotava). Ya sin la etiqueta de novato en Primera División, en su tercera campaña consecutiva en la máxima categoría dentro de su etapa más exitosa, el club dio el paso de organizar una convivencia estival lejos de la Isla, concretamente, en la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda (Orense), sede que eligió para potenciar la puesta a punto para la Liga bajo la dirección de Solari.

Desde entonces, el Tenerife solo dejó de desarrollar este tipo de actividades en 2016 y 2017, coincidiendo con la presencia de Martí en el banquillo. Ahora retoma las concentraciones con la estancia del equipo en las instalaciones del Marbella Football Club hasta el 30 de julio.

Siete días pasó el Tenerife de Solari en Cabeza de Manzaneda, a partir del 2 de agosto de 1991. "Trabajaremos en doble sesión y en alguna ocasión lo haremos en tres turnos", avisó Solari al llegar al hotel con un grupo al que se había unido en la víspera el recién fichado Antonio Mata. Era un Tenerife formado por jugadores como Berges, Felipe, Agustín, Quique, Chano, Toño, Toni, Redondo, Manolo, Luis Delgado, Revert, Torrecilla, Dertycia o Estebaranz.

Cabeza de Manzaneda también fue el punto de partida del Tenerife en 1992, pero con otro entrenador, Jorge Valdano, quien sentó en Orense algunas de las bases que condujeron al Tenerife a su primera clasificación para la Copa de la UEFA. El crecimiento del club trajo consigo otro avance en la posterior preparación de verano, consistente en el cambio de lugar de concentración, de tal manera que el equipo cruzó fronteras en 1993 y se ejercitó unos días en la localidad suiza de Nyon.

Reforzado en la vuelta al trabajo por Aguilera, Conte y Pinilla, y con las ausencias de los internacionales Redondo y Del Solar, el Tenerife de Valdano y Cappa se hospedó en el hotel Beach Rivage, a la ribera del lago Leman, del 30 de julio al 12 de agosto de 1993. Esta etapa incluyó el aliciente de la disputa de partidos contra rivales de la zona como el Servette o el Nyon.

Luego, en 1994, con Vicente Cantatore al frente, el Tenerife regresó a Cabeza de Manzaneda. Fue un verano que dio paso a la larga relación del club con Barlovento. De hecho, hasta 2015 solo faltó una vez a la cita con este municipio palmero. El debut se produjo con el aval de Jupp Heynckes, quien descubrió las ventajas que ofrecía el norte de La Palma: cercanía, clima, instalaciones... Si Cabeza de Manzaneda había sido la lanzadera del primer Tenerife europeo, Barlovento lo fue en su segunda clasificación para la Copa de la UEFA. Sin motivos para más cambios, el club volvió cada año, con la única excepción de 2005, cuando el equipo de "Tigre" Barrios trabajó una semana en Cantabria, y el final de esta conexión, rota hace dos pretemporadas.