Una temporada más, la ilusión de la primera. Antonio García Ayala, más conocido como Toni Ayala, se prepara para lo que será su cuarta campaña dirigiendo al máximo representativo femenino de Canarias, la UD Granadilla Tenerife Egatesa. En nueve días comenzará una pretemporada con seis caras nuevas. Todas ellas vienen a incrementar el nivel de una plantilla experimentada en la élite.

Tras una temporada de éxitos se avecina un curso ilusionante, cuando menos.

Sí, sobre todo porque mantenemos un grandísimo bloque, pero también por todo lo que se avecina. Todos los equipos se están reforzando a muerte; el Levante está haciendo un equipazo para pelear por la Liga, el Real Betis puede ser la sorpresa, el Valencia siempre es un rival a tener en cuenta y, nosotras (por el Granadilla) hemos dado, otra vez, una vuelta de tuerca.

Eso quiere decir que valora de manera positiva los refuerzos que han llegado.

Así es. Hemos fichado poquito, pero mejorando lo que tuvimos el año pasado. A partir de ahí, con trabajo y la palabra "equipo" de por medio, a lograr los objetivos.

Una vez consolidadas en la Primera División, ¿se puede perseguir un objetivo ambicioso?

Lo primero será salvarnos, aunque la gente se ría; esto va a estar caro. Después, soñar y ver si somos capaces de seguir haciendo historia.

¿Qué misión le ha trasladado la directiva?

Lo mismo, salvar al equipo y consolidarlo en la Primera División. Lo primordial de cara a este curso es ascender el filial a la futurible Primera "B".

En muchas ocasiones, son las propias jugadoras las que ponen el objetivo más alto que el club.

Sí. Yo considero que eso también es bueno, porque las hace competitivas.

¿Con el cambio en la Copa de la Reina se pierden alicientes?

Evidentemente. Ahora se clasifican los 16 equipos que conforman la Liga Iberdrola. No creo que sea mala la permuta, pero sí que no se iguale completamente con el fútbol masculino creando una especie de Europa League. Eso daría alicientes, ya que, quizás, en un momento determinado de la temporada algunos equipos ya no juegan para nada que no sea por el afán de superación. Este año, hagamos lo que hagamos, estaremos en Copa. Intentaremos meternos en la final a cuatro.

Centrémonos en lo táctico. Al final parece que el tiempo le dio la razón en el sistema 5-3-2 que aplicó en la 2017/18.

No estamos reñidos con los sistemas. Al final, todos derivan en la base: en el 4-4-2. Sin querer ponerme medallas, las mejores selecciones del Mundial de Rusia practicaron con dos carriles: Bélgica e Inglaterra. No por jugar con cinco atrás se es menos dañino arriba. Al final, son las jugadoras las que le han dado la razón al sistema. Son esponjas, y la cultura táctica de este equipo es inmensa.

¿Qué le movería a cambiar de equipo?

Hemos recibido ofertas, pero el presidente (por Sergio Batista) siempre ha sido de la opinión de que lo que funciona no se cambia, y yo estoy con él. Me siento muy a gusto con las jugadoras y ellas conmigo. Desde el momento que vea que ya no lego o que pierdo la ilusión, me marcharé. Aún no ha llegado el final de mi ciclo.

Parece que en el fútbol femenino no es tan común el movimiento en los banquillos.

Así es. Es fundamental la estabilidad y la continuidad. Eso se agradece y es por ello que me siento muy bien donde estoy. Todo ello es posible gracias a mi cuerpo técnico; hay que reconocerle el mérito que tiene. Yo solo no soy la figura, hay seis personas más que me hacen la vida más fácil y me ayudan a crecer como persona y como entrenador. Al final, el cabezón del míster es el que se lleva el gato al agua siempre -entre risas-.

Por último, ¿es esta su mejor etapa como entrenador de fútbol?

Sería muy injusto por mi parte decirlo así. He pasado unos años fabulosos en el Norte, Tenisca, San Isidro, Granadilla, etcétera. Ahí he conseguido grandes objetivos y guardo un gran recuerdo de todos. Siempre he convivido con buenos futbolistas.