La regularidad deseada sigue siendo un objetivo. Ayer, ante un rival distinto al Nástic, en otras condiciones de partido, y con peculiaridades tan influyentes como haber disputado 43 minutos (sumando el descuento, claro) contra diez hombres, el Tenerife volvió a firmar un partido irregular, lejos de la versión homogénea y autoritaria que persigue Etxeberria.

Y eso que entró bien al encuentro, tenso, con presencia en campo rival, dando sensación de haberle tomado al aire a la reivindicativa semana del entrenador, que hizo hincapié en acabar con los apagones del equipo. Tan bien entró que Luis Milla casi marca en el minuto 7. Cogió carril por el medio, llegó a la frontal y disparó rozando el poste. Síntoma de la distancia real en calidad que hay entre uno y otro equipos, pero señal propia del espejismo que fue el intento blanquiazul de dominar el juego. Desde esa jugada en adelante, el Almería fue creciendo en el partido. El Tenerife no conseguía enlazar por dentro con Malbasic, que jugó de enganche, y tenía aislados, fuera del partido, a Luis Pérez y sobre todo a Naranjo, acostado en la izquierda. Cada pérdida de balón, cada corte defensivo de los locales pillaba abierto al Tenerife, roto en dos bloques, y eso fue acercando a los andaluces al área, con aperturas y centros laterales. En el 17'', Dani tuvo que esforzarse para despejar con apuros, y en el 21 llegó el gol. Todo es una cadena, el Tenerife pierde balones, está mal colocado para ejercer la presión y se va yendo del juego. Baja la tensión y la agresividad en las disputas, el equipo echa su mitad defensiva muy atrás y concede el tiempo que Juan Carlos Real necesita para prepararse el disparo, que rechazado por Alberto cae al segundo palo donde Luis Rioja, uno de tantos debutantes de este inexperto rival, termina por rematar para que Dani se líe en un malabarismo perverso con el que termina haciéndose un autogol.

Hasta el descanso, el Tenerife quiso y no pudo. Fue un problema colectivo, de ajustar la presión que le permitiera juntarse, le faltaron conexiones que le dieran continuidad a sus posesiones. De hecho, su único remate fue un toque de hombro de Naranjo tras un centro de Luis Pérez en el 40''.

La segunda parte fue otra cosa. El equipo empezó con Suso ya en el campo, prescindiendo de Raúl Cámara para retrasar a Luis Pérez a su posición natural. El equipo cogió la pelota, en parte porque al Almería le convenía generar espacio con su repliegue, pero llegó una doble acción que lo cambió todo: dos faltas seguidas de De la Hoz dejaron a los locales con un hombre menos. Etxeberria, en el nuevo escenario de jugar contra diez con casi medio partido por delante, no tardó en reaccionar. Primero quitó a un central, Aveldaño, y colocó en el campo a Iker Undabarrena, para darle más sentido al inicio del juego, tirando más atrás a Alberto. Más adelante, sacó del campo a Camille, cerró con tres atrás y metió en el campo a Borja Llarena, para formar casi con un 3-2-1-4. Todo se redujo a buscar un hueco, un resquicio, un pase filtrado. El dominio de los blanquiazules fue abrumador, ante un repliegue intensivo, pero en la misma medida resultó muy escaso, casi carente de situaciones claras de remate. El equipo se desesperó a veces y se precipitó. Hizo ancho el campo, tiró centros, forzó una y otra vez córner, faltas, acercamientos... Nano rozó el gol, en un cabezazo al primer palo (62'') y en otro intento de remate parecido (78'') tras dos centros de Suso. Hasta que apareció un golpe de calidad, un detalle, una muestra de la capacidad y los recursos que tiene esta plantilla. Malbasic se paró a 25 metros de la portería, lo habrá visto todo claro cuando los demás solo advertíamos espesura, y sacó un disparo maravilloso que llegó a la red. En la jugada siguiente casi marca Nano... El Almería se aferró al punto e incluso rondó el gol en un desmarque de Caballero en el que acabó pidiendo penalti.

Almería: René (1); José Romera (1), Joaquín (1), Trujillo (1), Andoni (1); Arzura (2), De la Hoz (1); Corpas (1), Luis Rioja (2), Juan Carlos Real (2); y Álvaro Giménez. En el minuto 66, Yan Eteki (1) sustituyó a Juan Carlos; en el 78, Caballero (0) entró por Álvaro Giménez, y en el 86'', Juan Ibiza (s.c.), por Luis Rioja.

Tenerife: Dani Hernández; Raúl Cámara, Aveldaño, Carlos Ruiz, Camille; Alberto, Luis Milla; Luis Pérez, Nano, Malbasic y Naranjo. En el descanso, Suso entró en sustitución de Raúl Cámara; en el minuto 65, Undabarrena suplió a Aveldaño; en el minuto 75, Borja Llarena relevó a Camille.

Árbitro: Isidro Díaz de Mera (2), del Comité Castellano-manchego. Es verdad que permitió alguna entrada de tarjeta al principio y que se equivocó en la que le mostró a Malbasic, pero en líneas generales hizo un arbitraje notable y fue valiente, al expulsar a De la Hoz (48'' y 53'') por dos entradas de amarilla y al no señalar un penalti que le reclamó la afición local por supuesto empujó a Caballero en el 89''. No se achicó con las protestas y alargó 5 minutos. Amonestó a Luis Pérez (15''), Malbasic (28''), Raúl Cámara (29''), Trujillo (41''), Eteki (82''), Andoni López (87'') y José Naranjo (92''), además de las dos a De la Hoz. También expulsó al entrenador local Fran Fernández (90'').

Goles: 0-1, m. 22: Disparo de Juan Carlos, la pelota sale rechazada hacia Luis Rioja, que dispara y Dani termina metiéndose el balón en la portería en su intento de despeje; 1-1, m. 81: Malbasic arma un disparo seco, en parado, desde 25 metros que se cuela como un obús.

Incidencias: Partido de la segunda jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Juegos del Mediterráneo ante 6.737 espectadores. Noche muy calorosa y terreno de juego en condiciones regulares. El Almería lució su indumentaria habitual y el Tenerife, la segunda, azul con aspas blancas.