Jacob "Caco" Barreto pretende abrir las puertas del Viejo Continente de par en par. Para ello, el púgil de Añaza deberá dar cuenta del vasco Sebastián "Látigo" Pérez mañana, en la velada que se celebra en el Polideportivo Municipal de Galtzaraborda (Rentería, Guipúzcoa). Un combate que pone en juego los cinturones de la Unión Europea y de España del peso gallo.

Ambos contendientes ya se conocen de épocas pretéritas. Látigo doblegó, a los puntos, a Caco en el primer Campeonato de España amateur que el tinerfeño disputó con apenas 15 años. "Hace mucho tiempo, pero tengo la espinita de haber sido eliminado de ese primer Nacional", afirma el deportista de 22 años, que una temporada después sí se enfundó el Estatal.

"La verdad es que es una pelea muy importante para mí. Será un punto de inflexión en mi carrera. De ganar, me abrirá las puertas a Europa, que es con lo que sueño. Ser campeón de mi país también me hace mucha ilusión", apunta el competidor desde su habitual centro de entrenamiento, el Perico Vargas del barrio de La Candelaria (La Cuesta, La Laguna). Y es que Caco ya pudo disputar el mentado cetro nacional el pasado año, mas problemas contractuales con su exmánager Óscar Sánchez le dejaron durante un tiempo en el dique seco.

El joven capitalino regresó al cuadrilátero en noviembre de 2017, venciendo al rumano Stefan Nicolae. Ya en 2018, ha superado a los nicaragüenses José Hernández y José Aguilar. "Boxear es lo mejor que hay para estar en forma y llegar en el mejor nivel a los grandes combates. Sueltas nervios y tensión. La continuidad es muy importante", reconoce.

La gran cita que esperaba ya está aquí, después de una ardua preparación junto a su padre Antonio Barreto, que hace de entrenador y de mánager (junto a Aitor Montelongo). Desde el monte hasta la costa y desde el norte hasta el sur, Caco se ha recorrido Tenerife en busca de su punto óptimo de forma. En la Escuela y Club de Boxeo Povedano de Arona ha tenido como "sparring" a nombres de la talla de Ryan Walsh o Josh Wale, "boxeadores de mucho más nivel que yo. Estoy preparado para los 12 asaltos".

Claro que mañana también habrá un adversario "muy fuerte y con mucha experiencia" enfrente. "Seguro que Látigo estará muy bien preparado. Viene de hacer nulo en el Campeonato de España fuera de casa, en el peso supergallo (en marzo, frente a Ardy Rodríguez), algo que tiene mucho mérito".

Por centímetros, el santacrucero gana por goleada. Hasta 12 (1,74 por 1,62) le saca a Pérez. "Tengo que aprovechar para boxear desde la distancia, golpear y que no me golpeen". ¿Le interesa menos el cuerpo a cuerpo? "La verdad es que me considero un boxeador muy fuerte. Si tengo que intercambiar golpes, lo hago", manifiesta.

Caco tiene interiorizado que "todo está preparado" para que su rival "gane", dado que Látigo contará con el apoyo se "su gente. Intentaré amargarle la noche", ya sea "a los puntos o por nocaut". En cualquier caso, confía en que los árbitros "sean neutrales", aunque precisa: "Está claro que si el combate está muy igualado, no me lo van a dar a mí que soy el de fuera".

El púgil insular no estará solo en Rentería. "Unos 25 amigos se van a desplazar". Cómo no, también lo hará su progenitor. "No entiendo la vida sin el boxeo gracias a él, que me lo inculcó (Antonio Barreto llegó a ser profesional) y ha estado invirtiendo su tiempo en mí desde que yo era muy pequeño. Si gano, se lo dedicaré". Que así sea.

El lastre de la imbatibilidad

Caco y Látigo se presentarán a la contienda con unos récords similares en el boxeo rentado. El tinerfeño ha conseguido 10 victorias (cuatro por nocaut) y ha padecido una única derrota. Esta llegó en su segundo combate profesional (abandonó tras fracturarse la mano), en 2015, ante el también tinerfeño Amelio de Arcos, ante el que se tomaría la revancha (nocaut incluido) poco después. Mientras, el vasco ha cosechado nueve triunfos (dos por nocaut) y un nulo. Por lo tanto, Sebastián Pérez no conoce revés alguno aún. "Creo que una imbatibilidad es una mochila que te va lastrando. Tienes encima la presión de perder. Yo, por suerte o por desgracia, tuve un punto de inflexión en mi carrera, que fue esa derrota. Me hizo madurar y aprender mucho más que algunas victorias", reflexiona Jacob Barreto, que espera ser el primero que haga hincar la rodilla a Látigo.