El Iberostar Tenerife sigue sin conocer la derrota en la Basketball Champions League y, hasta el momento, lo hace con contundencia. Ayer venció al Fribourg Olympic (91-68), que hasta ayer ocupaba la tercera plaza en un encuentro que no tuvo historia donde los tinerfeños dominaron el juego cuando y como quisieron.

Los objetivos principales del Iberostar Tenerife se cumplieron con creces. Se ganó y todos los componentes del plantel disfrutaron de minutos en la cancha. Otra cosa fue la intensidad en el juego que hubo, pero hasta que el partido empezó a romperse y eso fue ya en el segundo cuarto.

La ausencia de Babacar Toure en las filas del Fribourg complicó el juego del equipo suizo y el Iberostar Tenerife, cuando empezó a controlar el rebote, fue un equipo peligroso.

Después del 5-8 para los visitantes en el minuto 4, un parcial de 8-0 para los locales (13-8) supuso el inicio del dominio del equipo tinerfeño, que supo jugar con mayor tensión en este primer cuarto. Le faltaba fluidez ofensiva, pero insistió en el juego interior y empezó a hacer daño.

Fue en el segundo cuarto cuando marcó distancias ante su adversario, al que le faltaba acierto en ataque. Solo Paul Gravet y Andre Williamson inquietaban a la defensa tinerfeña.

Tras el descanso el Iberostar Tenerife subió un poco el listón defensivo. Mantuvo mejor el control del rebote y pudo sacar algunos contraataques ante la pasividad defensiva de los suizos. Tras alcanzar 23 puntos de diferencia (53-30, min.23), un parcial de 0-9 para el Fribourg (53-39) alertó al entrenador tinerfeño, Txus Vidorreta, quien solicitó tiempo muerto para reorganizar a su equipo y, sobre todo, intentar meterlos de nuevo en el partido. Y se consiguió porque de nuevo se alcanzarían los 21 puntos (66-45).

La defensa zonal del Fribourg no supuso un cambio en el juego local. Con esa ventaja en el marcador supo jugar con mayor tranquilidad y fue capaz de aprovechar los espacios para poder hacer lanzamientos liberados.

Nico Brussino y Beirán aprovecharon esta nueva disposición de la defensa visitante para anotar y mantener las claras distancias en el marcador.

En el último cuarto el partido ya estaba decidido con claridad. Los tinerfeños, sin mucha presión defensiva, jugaron con paciencia en ataque, mientras que el Fribourg ya había tirado la toalla tras la imposibilidad de poder superar a un Iberostar Tenerife mucho más puesto en la cancha.

Al final, triunfo claro de los de Txus Vidorreta en una fase de grupo que sigue siendo muy cómoda, a la espera del encuentro de la próxima semana, donde se medirá, en Italia, al Reyer Venezia, teóricamente el rival más fuerte de este Grupo B de la Basketball Champions League.