Hay once puestos de distancia en la clasificación, pero solo dos victorias los separan. Herbalife Gran Canaria e Iberostar Tenerife se encuentran hoy -en la octava fecha de la Liga Endesa- por tercera vez en la presente temporada, la primera oficial tras los dos encuentros amistosos de pretemporada. El Iberostar llega a este derbi por delante en la clasificación y con cierto aire de favorito, al amparo de su balance particular reciente ante los grancanarios: los canaristas ganaron en las dos citas amistosas del verano, como también lo hicieron en los dos partidos de Liga de la pasada campaña. De hecho, no pierden en el Gran Canaria Arena desde enero de 2016, hace casi tres años, con Vidorreta en el banquillo aurinegro.

Los antecedentes pueden marcar cierta tendencia, pero no dan ventaja. Eso sí, el equipo tinerfeño está dibujando una trayectoria notable fuera de casa. Después de perder con el Real Madrid el primer día, no ha vuelto a ser superado por ningún rival lejos de la Isla, ni en la Liga (Guipuzcoa y Andorra) ni en Europa (Nanterre y Venezia), pero choca hoy con la necesidad de un rival que -conviene no olvidarlo- juega entre los 16 mejores de Europa.

Las cuentas para la Copa del Rey 2019 empiezan a estar sobre la mesa en cualquier partido de este nivel. En ese sentido, el equipo de Salva Maldonado lleva retraso. Solo ha sumado dos de las al menos nueve victorias que debe acumular antes del final de la primera vuelta. Una nueva derrota hoy lo dejaría en un balance de 2-6, forzado a realizar una proeza para estar en la cita de Madrid. Por su parte, el Canarias, que está quinto en la clasificación y menos apretado por su aventura europea, puede dar un gran estirón si hace su tercera conquista seguida en campo amarillo. El balance de los aurinegros, ahora 4-3, lo sitúa en promedios muy buenos para consolidarse otra vez entre los ocho mejores. El derbi tiene trasfondo.