El peligro es Juan Villar. Ahora juega en contra. El delantero onubense, que tomó la iniciativa para marcharse del Tenerife al final del mercado de verano, dejó en la cuenta del club blanquiazul 850.000 euros en concepto de traspaso y, además, liberó al club de otros 400.000, por su salario anual en la Isla. Total: 1.250.000 de beneficio económico tras un año en el club, con cuya camiseta fue capaz de meter 9 goles, intercalados entre lesión y lesión. Villar quiso marcharse y recaló en Osasuna.

El primer tercio de competición, que se cumple hoy, deja la sensación y el bagaje numérico de un Villar renacido: ha marcado 5 goles -más de la mitad que aquí en todo el año-, con solo 539 minutos en el terreno de juego. Su eficacia es una de las certezas de esta Liga tan competitiva. No en vano, el onubense ha marcado 99 goles en su trayectoria profesional, dos de ellos en los cuatro partidos que ha jugado contra el Tenerife. Fueron en Pucela, en diciembre de 2015 (4-1), cuando en el banquillo blanquiazul estaba Martí, que luego entendió que la presencia de Villar en el campo era incompatible con la de Longo...

Ahora en El Sadar, el "18" acredita esa facilidad que tiene para el remate, en cualquier posición, de cualquier manera. Para anotar estas cinco dianas (tantas como todo el ataque blanquiazul), de las que cuatro han sido en casa (ante Elche, Córdoba, Málaga y Almería) y uno fuera (Rayo), solo ha necesitado 15 remates. O sea, coloca el balón en el fondo de la portería en uno de cada tres remates.

El delantero andaluz, que está próximo a cumplir 31 años, comparte el ataque del equipo de Jagoba Arrasate con Rubén y Brandon. Partiendo desde el costado derecho, bien en la segunda línea o en un formato 4-3-3, acaba siempre siendo la gran amenaza en el área rival. Para todos los visitantes de El Sadar, es el gran peligro.