Paola Hernández Díaz llegó anoche a Tenerife después de su brillante participación en el campeonato del Mundo sub''17 celebrado en Uruguay y cuya final enfrentó el pasado sábado a la selección española con la mexicana, con triunfo por 2-1 para las jugadoras entrenadas por Toña Is.

La joven futbolista tinerfeña fue recibida por familiares, amigos y por una representación del club en el que juega, el Granadilla Egatesa. Todavía "en una nube" por el éxito logrado, sin precedentes para una deportista canaria dentro de esta disciplina, Paola demostró su interés por seguir creciendo y afirmó que su "siguiente reto" consiste en "tener más minutos" con el primer equipo blanquiazul, en la Liga Iberdrola. "A ver si me tienen más en cuenta", añadió con el deseo de ver incrementada su cuota de protagonismo a las órdenes del entrenador Pier Luigi Cherubino, al que le espera este jueves el partido en La Palmera ante el Rayo Vallecano.

"Estamos como en una nube", afirmó la centrocampista, de 16 años de edad, en un breve encuentro con los medios de comunicación a su llegada a Los Rodeos, acompañada por el tinerfeño Andrés Clavijo, quien también lució su medalla de oro, en su caso por formar parte del cuadro técnico de la selección española. "Todavía no hemos asimilado que ganamos, pero supongo que a lo largo del tiempo lo veremos con otra perspectiva", dijo Hernández.

Echando la vista atrás, desde sus inicios en el combinado nacional hasta el ascenso a lo más alto del podio del Mundial de Uruguay, Paola se acordó de "todo el trabajo realizado anteriormente, de las rondas élite (fase de clasificación) y del Europeo, porque sin todo eso España no habría logrado su pase para el Mundial. Hay todo un trabajo detrás y el esfuerzo del grupo, y hay que quedarse con eso".

Por último, compartió su convencimiento de que el fútbol femenino seguirá afianzándose entre las niñas tinerfeñas. "Al ver que hemos ganado un Mundial, tendrán un ejemplo a seguir y querrán iniciarse en este deporte".