David Amaral (Arico, 12 de octubre de 1958) jugó en el CD Tenerife seis temporadas como profesional y lucía el brazalete de capitán en el segundo ascenso a Primera División. Como entrenador se hizo cargo del equipo blanquiazul en tres etapas distintas, siempre con la Liga comenzada (2002/2003 y fue destituido en la 2003/2004, 2005/2006 y 2010/2011). El derbi lo ha vivido dentro del terreno de juego y en el banquillo.

¿Qué tal le ha ido en los derbis?

Me ha ido cincuenta cincuenta, con resultados positivos y negativos, pero se trata de una experiencia enriquecedora porque son partidos muy especiales, en los que la diferencia la marcan cosas que se salen fuera del guion.

Hay que tener muy claro lo especiales que son esos partidos.

Siempre hay que estar preparados, saber lo que significan. Es un partido en el que tristemente por la situación de los equipos habrá mucha presión, pero da igual si llegas bien o mal, si estás jugando bien o mal. Es distinto a todo.

Se refiere al mal inicio de ambos equipos en este Campeonato de Liga.

Son equipos con objetivos ambiciosos y resultados contradictorios porque los dos querían subir y no están en esa línea. Es verdad que uno con más posibilidades económicas y una plantilla confeccionada con dos futbolistas por puesto. Otros por ilusión, viniendo de campañas malas, queriendo intentar un asalto al "playoff". Por eso, es de vital importancia a nivel de resultado, por la incertidumbre sobre el futuro liguero de ambos conjuntos.

¿Cree que el ganador tendrá un impulso y el perdedor sufrirá más para cambiar la dinámica?

La clasificación viene a decir lo que viene a decir: que el Tenerife está más cerca del descenso y Las Palmas está a seis del sexto puesto. Las Palmas ha hecho un equipo para recuperar la categoría rápidamente. Pero la verdad es que no está dando lo que la gente espera. Queda mucha Liga por delante y aún tienen tiempo. En el caso del Tenerife ha sido una decepción enorme. Casi desde la tercera jornada se está pensando más en evitar el descenso. Ha sido un desengaño.

Nunca hay favorito, pero esta vez menos aún.

Indudablemente. En un derbi nunca hay favorito y no tiene nada que ver el presupuesto ni la clasificación. El Tenerife ha ido en circunstancias difíciles y ha sido capaz de meter en problemas a Las Palmas. Y al revés. El estado de ánimo puede ser clave. Un empate no dice mucho. Para ambos sería un retroceso. Aunque jugando fuera te pudiera contentar porque sumas en el campo del eterno rival. Ganar reforzaría la autoestima.