"Uno se hace futbolista para vivir partidos como este". La frase de Luis Milla responde de manera fiel a cómo se activan los biorritmos de un profesional del fútbol cuando se aproxima un partido de esta magnitud, que paraliza no solo al planeta fútbol sino a toda la sociedad, que lo vive con ese sentimiento de pertenencia que otorga ser de una de las dos orillas futbolísticas de Canarias. Y, qué quieren que les diga? A uno como profesional de los medios y blanquiazul de corazón le pasa como a los futbolistas, que se hace narrador para poder contar partidos así, que supera en pasión a todos los encuentros que he tenido el privilegio de poder contar a través de un micrófono a lo largo de mis 30 años de recorrido radiofónico.

Durante toda la semana la preparación del narrador es similar a la del jugador, que entrena con un chute de energía extra poniendo en su foco el momento de saltar al césped. La preparación minuciosa de cada programa, la escaleta diaria, que va impregnada de la ilusión por aderezar las dos horas de radio diarias con protagonistas, sonidos, declaraciones, anécdotas, opiniones y detalles que lleguen al oyente y les traslademos la expectación creciente a medida que se va acercando el partido. Porque un Las Palmas-Tenerife es eso: EL PARTIDO.

Podría recurrir a una cascada de tópicos recurrentes para explicar lo que se siente cuando llega la hora de la verdad, pero como no he sido futbolista lo trasmito a través de las palabras, que brotan como pases de gol buscando el éxtasis de la culminación de una jugada en el fondo de la portería amarilla. Cada uno vive su derbi, el nuestro en la radio, como una emoción para siempre.

*Periodista de Radio El Día