Páginas y páginas de periódicos, minutos de radio y televisión, alta presencia en las redes sociales y un desplazamiento entre islas de más de 1.200 personas. En estos días ha quedado claro que el derbi es otra cosa. No es la jornada 18 ni el partido que toca cada fin de semana. Es algo más. Por eso, UD Las Palmas y CD Tenerife tratarán de olvidar sus tristes trayectorias para imponerse en el duelo de rivalidad, que regresa tres años y nueve meses después.

Si hay un ganador queda claro que solo sumará tres puntos y que no habrá resuelto en noventa minutos los problemas que arrastra en casi media Liga. Pero sí tendrá la oportunidad de usar esa victoria como trampolín para relanzarse, apoyándose en la confianza que otorga salir sonriente de un duelo así. En el caso de los blanquiazules supondría además su primera victoria a domicilio desde el mes de abril, pero también el refrendo al trabajo bien hecho desde que José Luis Oltra se hizo cargo del equipo.

Para Las Palmas ganar supondría romper una mala racha de siete jornadas y que su entrenador, Paco Herrera, estrenara el casillero propio desde su retorno. Tranquilizaría además a una afición que aún arrastra el dolor por el descenso y esperaba un tránsito rápido por la Segunda.

Presentado el encuentro y su significado para ambos, queda repasar las armas. Oltra ya dijo la pasada semana que se plantea alinear un equipo en casa y otro fuera, por lo que volver a la versión de El Molinón parece la opción más probable. Volvería Jorge al once para acompañar a Carlos Ruiz en el centro de la defensa, adelantando su posición a la medular Alberto Jiménez para formar pareja con Iker Undabarrena. Los flancos del centro del campo quedarían para Bryan Acosta y Luis Milla, recuperado este de sus molestias de rodilla.

La gran duda blanquiazul está en el sustituto de José Naranjo. Dos hombres pugnan por el puesto: Suso y Nano. El primero ya ha formado pareja de ataque con Malbasic en Soria o Zaragoza. El segundo podría estar ante una nueva oportunidad para reivindicarse y demostrar que Alfonso Serrano y Joseba Etxeberria no se equivocaron al apostar por él.

Más dudas hay en el bando amarillo. Tres onces y tres cambios de dibujo en sus tres partidos al frente de Las Palmas convierten en indescifrables los planes de Paco Herrera. Para empezar, ha de descartar un central. Juan Cala parece fijo. David García o Deivid verán el derbi inicialmente desde el banquillo. En el medio falta un acompañante para Timor, Javi Castellano y Maikel Mesa, que parecen fijos. Rubén Castro y Araujo completarían el once.

La UD no ha perdido en casa y se ha adelantado en el marcador en siete de sus nueve comparecencias en Siete Palmas. El Tenerife deberá tenerlo en cuenta y multiplicar su capacidad de concentración para minimizar errores. Más si cabe en un derbi de escasez goleadora cuando se juega en territorio amarillo. Es precisamente en esa faceta donde las diferencias se acentúan. Oltra no tiene un Rubén Castro. Echa en falta pegada. Puestos a envidiar, Herrera sabe que su equipo tiene menos fútbol que el rival.

Será el clásico combate entre el duro fajador y el fino estilista. El que logre llevar a su terreno el mayor número de asaltos (o minipartidos) dentro del derbi levantará los brazos a eso de las 18: 55 horas. Será con toda España mirando. Pero sobre todo dos aficiones que no esperaban llegar como ahora al clásico.