El derbi de rivalidad regional se fue esta vez para Gran Canaria, porque jugó mejor y tenía más necesidad. Enfrente un equipo al que le faltó acierto en los momentos decisivos, así como esa intensidad y corazón que le suele echar cuando más lo necesita.

Quizás en la mente del equipo estaba más pensando en el choque del miércoles ante el Promitheas Patras que en ese derbi que si bien era un partido más de la competición, no es una final como ante el equipo griego.

Está claro que cada uno da prioridad a lo que estima más importante, pero el de ayer sí era un encuentro clave debido a la igualdad que existe en la zona media de la clasificación y a la dificultad de los próximos partidos.

El equipo de Vidorreta fue siempre a remolque en el marcador y aunque en ocasiones pudo ponerse por delante, le faltó actitud y más intensidad para intentar decidir cuando su rival estaba "tocado".

Aunque empezó ganando el Iberostar Tenerife, el Herbalife Gran Canaria pronto tomaría el mando del choque y se pondría delante con ventajas, que ya en el primer cuarto llegaron hasta los 11 puntos (11-22), lo que provocó el primer tiempo solicitado por Txus Vidorreta en busca de reorganizar a sus jugadores e intentar darle un giro al partido.

Hannah y Strawberry estaban haciendo mucho daño, así como esas segundas opciones que los grancanarios supieron atacar con acierto.

En los últimos instantes del primer cuarto y en los primeros del segundo se vio a un mejor Iberostar Tenerife. Con Richotti en cancha se atacó con mayor verticalidad y Brussino empezó a anotar desde fuera. Junto a ello, los minutos de calidad de Sebas Saiz, que anotó, en cinco minutos, ocho puntos.

El Iberostar Tenerife estaba de nuevo en el partido y eso sin jugar bien y ante un rival con excelentes jugadores, pero incapaces de mandar con claridad en la cancha.

Con 42-44, el Iberostar Tenerife parecía otro. Por lo pronto cerró más en la zona y aprovechó sus ataques para sacar siempre algo positivo. Eso le llevó a ponerse por delante (46-44), a un minuto del descanso.

Tal y como estaba transcurriendo el partido, el Iberostar Tenerife podría llevarse el choque siempre y cuando tomara una serie de decisiones y, sobre todo, que se creyera en lo que estaba haciendo.

Iverson sumó dos canastas consecutivas (54-51) en el posible "despegue" de los locales, pero fue solo un espejismo, porque una reacción visitante y un parcial de 2-9 puso al Iberostar de nuevo con los pies en el suelo (59-66).

Mala defensa, espesos en ataques y muchas pérdidas de balón, sobre todo, esa primera línea de ataque.

El último cuarto fue el mejor de todos, ya no por la calidad del choque, sino la emoción en el marcador. Brussino no se escondió y con cinco puntos suyos consecutivos volvió a poner a su equipo por delante para establecer el 74-73.

En los últimos cinco minutos las ventajas eran mínimas para uno y otro equipo, pero serían los errores en los tiros libres por parte del Iberostar Tenerife lo que le hizo arriesgar más y el Herbalife no falló, sobre todo Clevin Hannah, muy seguro desde el tiro libre.

Al final derrota del Iberostar Tenerife, la cuarta consecutiva, y a la espera ahora de lo que pueda pasar el miércoles ante el Promitheas Patras, un duelo donde los laguneros deberán ganar por más de doce puntos si quieren acceder a los cuartos de final de la competición.

La duda sigue siendo la de Rodrigo San Miguel, porque Javi Beirán sigue descartado.