VISTAS y leídas las declaraciones del Sr. Henry Sicilia, presidente de Asaga, en el periódico EL DÍA del pasado 20 de agosto, llego a la conclusión de que este señor vive en los mundos de Yupi, muy alejado de la realidad agraria canaria, cuando dice que "Asaga ve en la producción de hortalizas y legumbres un filón para el campo".

El presidente de Asaga nos tiene acostumbrados a este tipo de declaraciones desde su despacho, mesa, silla y librería. Señores, esto tiene un nombre: agricultura de despacho. La realidad es bien distinta, Sr. Sicilia; pregúnteles a los agricultores productores de hortalizas y legumbres de muchas zonas de Tenerife (puerros, en La Orotava; coles, en La Laguna; bubangos, en Güímar, etc.); infórmese de lo que les ha pasado con la comercialización este año y, para mayor referencia suya, pregúnteselo a algún miembro importante de su asociación.

Sus manifestaciones son contradictorias y faltan a la verdad, para no contrariar al responsable del sistema agrario y del reparto de las ayudas europeas (POSEI y Ayudas Agroambientales). Usted se atreve a poner en entredicho a personas que, en muchos casos de forma gratuita, han dedicado parte de su vida al servicio de los demás. Por ponerle un ejemplo, ¿usted cree que se puede ser competitivo en el subsector vitivinícola con una importación de 60 millones de litros a bajo precio?

A usted lo único que le interesa es tener un despacho, viajes y reuniones. Quítese la careta de una vez y "mándese a mudar". Usted se dedica a confundir a la opinión pública y forma parte de la "cla" que defiende la política de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y que vela únicamente por garantizar los intereses económicos del 4,9% de los plataneros (500) que se reparten 70 millones de euros, más que toda la agricultura y ganadería de Canarias (58 millones de euros), manteniendo en la ruina a la gran familia platanera (9.700 productores).

La agricultura en Canarias en la década de los 60 y 70 del siglo pasado mantenía una superficie de 150.000 hectáreas, hecho que garantizaba infinidad de puestos de trabajo, autoconsumo para la población y la ganadería y mantenimiento del medio ambiente; y parte de nuestra producción la dedicábamos a la exportación europea (plátanos, tomates, papas, hortalizas, flores y plantas ornamentales).

Actualmente, mantenemos una superficie agrícola de apenas 50.000 hectáreas en Canarias. Hay que tener en cuenta que el abandono de la superficie cultivada por año en el Archipiélago es de 2.000 hectáreas, cifra muy alarmante. Los puestos de trabajo son insignificantes y la producción canaria sólo abastece el 8% de lo que consumimos, lo que supone una importación del 92%, estando suprimida la exportación.

La importación masiva ha significado la introducción de enfermedades desconocidas, de difícil erradicación, que atacan al sistema productivo poniéndolo en peligro (plátanos, papas, tomates, cítricos, etc.).

Vista la caída alarmante de la superficie cultivada en Canarias, únicamente tengo que manifestar que el actual sistema productivo está quebrado.

La única medida que haría factible la recuperación en el sistema productivo es fácil, pero de muy difícil aplicación, debido a la fuerte presión de un pequeño grupo económico incrustado en la agricultura. La gran pregunta es: ¿qué agricultura nos conviene? ¿Autoconsumo, exportación, mixta?

Resuelta esta incógnita, regularemos la producción propia y controlaremos los productos importados (calidad y cantidad) con objeto de controlar la entrada masiva de productos, evitar el retroceso de la producción (superficie cultivada), mantener el medio ambiente, evitar la entrada de plagas y garantizar el sistema productivo diseñado y su comercialización.

Ahora mismo, los subsectores en peligro de desaparición son los siguientes: vitivinícola, papas, tomates, flores y plantas ornamentales, horticultura y plátanos (el 95,1%).

Expuesto este planteamiento, el Gobierno de Canarias tiene una única salida, plantear ante Europa un nuevo sistema productivo con protección para los productos producidos en el Archipiélago canario, con un reparto de las ayudas comunitarias y de Estado, bajo los principios de la Unión Europea: equidad, es decir, dar a cada uno lo que se merece, sin castigar ni penar ni gratificar con prebendas sólo a algunos, con moderación y equilibrio, para no dañar a unos en beneficio de otros; equivalencia, estimando lo que cada uno aporta, y, finalmente, con proporcionalidad, teniendo en cuenta las partes con el todo, de forma que cada uno reciba lo que le corresponda.

Los grandes problemas de nuestra agricultura requieren de políticos que entiendan y comprendan que su dedicación a esta área no sólo consiste en tomarse un vaso de vino con castañas, queso, etc. el día de San Andrés o en otras festividades, alabando las excelencias de nuestros caldos u otros productos del campo, y publicando lo bien que está este sector y lo mucho que defienden nuestra agricultura en unión de algunos responsables del sector agrario o ganadero. Así, nos preguntamos cuántas veces los responsables políticos de esta área, al margen de lo dicho, se han reunido con los agricultores para oír sus problemas, sus lamentos y sufrimientos o para comprobar, en definitiva, lo que significa y cuesta mantener el campo, el medio ambiente, el paisaje… Ni siquiera les he oído manifestarse en contra del injusto reparto del POSEI y de las medidas agroambientales, ni a favor de la aplicación del AIEM en el caso del vino.

¿Qué sentido tiene la agricultura en Canarias? El pasado mes de noviembre tuvo lugar, en el teatro Leal de La Laguna, la entrega de los premios Agrocanarias, anunciados a bombo y platillo y con la asistencia del presidente del Gobierno de Canarias, la consejera de Agricultura, Pesca y Alimentación y el consejero de Agricultura y Ganadería del Cabildo de Tenerife, donde fueron entregados a nuestros mejores vinos y quesos. Fue deplorable asistir a un acto de tal importancia para la agricultura, con lo que ello significa, y comprobar cómo el 95% de los responsables políticos de cabildos y ayuntamientos de esta área no asistieron.

La mentira y la demagogia es la moneda habitual en esta área. Mientras la Unión Europea dedica el 45% de su presupuesto a la agricultura, yo quisiera saber cuál es el porcentaje que el Gobierno de Canarias, los cabildos y los ayuntamientos dedican a esta área.

Por otro lado, el protagonista de todo esto, el agricultor, está arruinado, y al conocer perfectamente su situación, su sustitución generacional no solamente no le preocupa, sino que además evita transmitir a sus hijos y nietos su amor por la agricultura, porque es consciente de que la misma no tiene futuro. Así las cosas, la agricultura en nuestros días está en franca decadencia, con lo que ello supone para nuestro paisaje, para la conservación del suelo y como preventivo contra los incendios. De otra parte, los dirigentes políticos no solamente no protegen al agricultor, sino que además lo castigan en su lucha por la supervivencia.

La Agrupación x La Laguna quiere, de una vez por todas, el cambio con una nueva visión política de la agricultura. Luchará y será crítica, hasta las últimas consecuencias, con aquellas instituciones, asociaciones, etc. que no defiendan los intereses legítimos del campo y del agricultor. A nuestros políticos les cuesta abanderar esta defensa, porque muchos de los objetivos de estos partidos se encuentran en la defensa de unos pocos privilegiados, en detrimento de la mayoría, y a esto se le denomina estar hipotecado por un sueldo y por un cargo.

Agrupación x La Laguna