El déficit del Estado creció un 15,7 % hasta abril, hasta 13.981 millones de euros, equivalentes al 1,25 % del PIB, debido a la caída de la recaudación fiscal, sobre todo la de Sociedades, por el efecto coyuntural de la reforma fiscal y la retirada de las medidas que elevaban la base del impuesto.

En términos de contabilidad nacional, los ingresos del Estado cayeron el 6,23 %, hasta 52.483 millones, después de que la recaudación de Sociedades se redujera a la mitad, hasta 4.244 millones, fundamentalmente por la desaparición en 2016 de las medidas transitorias de ejercicios anteriores por las que los pagos a cuenta eran mayores.

A ello se suma el impacto de la rebaja del tipo de Sociedades del 28 al 25 % en 2016 y el hecho de que en 2015 los ingresos fueran mayores debido a los beneficios extraordinarios derivados de la privatización de AENA.

"Es un efecto que se va a ir suavizando y tenderá a desaparecer a lo largo del año. El primer pago fraccionado (de Sociedades) tiene menor peso recaudatorio que los pagos fraccionados de octubre y diciembre. En todo caso vemos que la recaudación global de los impuestos está creciendo, de forma suave, si se excluye Sociedades", ha explicado el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre.

El informe mensual de recaudación de la Agencia Tributaria (AEAT) refleja que, medido en términos de caja, se han dejado de ingresar 1.434 millones por los cambios en el pago fraccionado de Sociedades y 348 millones por el impacto de la reforma fiscal en este tributo.

También por la reforma fiscal se han dejado de ingresar 2.118 millones de IRPF solo en abril.

La AEAT explica que en el mes de abril se concentran unos mayores efectos de la reforma sobre los impuestos directos (Sociedades e IRPF), porque es el mes en el que se ingresan las primeras retenciones del trabajo provenientes de las pymes y el primer pago a cuenta de Sociedades.

Por el contrario, en contabilidad nacional el IVA acumula unos ingresos hasta abril de 23.259 millones, el 2,3 % más que en el mismo periodo de 2015, lo que "demuestra que el consumo sigue tirando de la actividad económica", según Ferre.

Los gastos del Estado se situaron en 66.464 millones hasta abril, el 2,3 % menos, fundamentalmente por el descenso de las transferencias destinadas al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), ya que los créditos habilitados para este fin en el presupuesto del Estado han descendido en torno al 61,2 %.

Dentro del gasto, cabe señalar el descenso del 3,8 % de las transferencias corrientes a las administraciones públicas, hasta 37.907 millones, además de la caída del 2,2 % de la remuneración de asalariados, hasta 5.302 millones, y de la disminución del 5,2 % de los intereses de la deuda, hasta 9.348 millones.

Asimismo, descendió también un 20,3 % la aportación para financiar el presupuesto de la Unión Europea, por el mayor ritmo de ejecución registrado en 2015.

Entre las partidas de gasto corriente que aumentaron están las prestaciones sociales distintas de las transferencias sociales en especie, que subieron el 5,4 % por el crecimiento de las pensiones de clases pasivas.

El déficit primario del Estado, excluyendo los intereses devengados del pago de la deuda, se situó en el 0,41 % del PIB, dos décimas más que un año antes.

Hacienda también ha publicado el déficit de las comunidades autónomas hasta marzo, que se redujo un 24,7 %, hasta 1.486 millones que equivalen al 0,13 % del PIB.

Hasta finales de marzo, sólo tenían superávit Asturias, Canarias, Galicia, Navarra, La Rioja y el País Vasco, en tanto que los mayores déficit los registraron Extremadura (0,94 % del PIB), Andalucía (0,29 %) y Madrid (0,24 %).

A falta de las corporaciones locales, el déficit conjunto de las administraciones públicas se situó al cierre del primer trimestre en 8.918 millones, que suponen el 0,80 % del PIB, 0,3 puntos menos que el año anterior.

Dentro del dato consolidado del primer trimestre se incluye el superávit de los fondos de la Seguridad Social de 1.813 millones, equivalentes al 0,16 % del PIB, nueve centésimas menos que un año antes.