Alemania, con el apoyo de otros socios como Holanda, mantiene el freno a los avances hacia la creación de un fondo de garantía de depósitos que complete la Unión Bancaria de la eurozona, al subordinar todo progreso en este sentido a que se reduzcan primero los riesgos en el sector.

"La reducción de riesgos va antes de que se compartan los riesgos. Esto es lo tengo que decir. Hasta ahora la Comisión Europea no ha mostrado progresos para lograr una reducción de riesgos y sin ésta, no habrá discusiones sobre compartir los riesgos", sentenció el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, durante la reunión del Ecofin.

Holanda es otro de los países que se han unido a Alemania a la hora de defender esta línea dura, frente a otros socios como España, Francia, Italia, Portugal y Bélgica, que consideran que no debe dejarse de lado la mutualización de riesgos.

"La reducción de riesgos, el fondo de garantía de depósitos, es algo que no debemos olvidar", recalcó el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos.

Para su homólogo irlandés, Michael Noonan, el fondo de garantía de depósitos "tiene que estar en marcha cuanto antes y no solo contentarnos con el progreso en las medidas para reducir el riesgo".

No obstante, la fuerte oposición germana y la división de apoyos vaticinan que la propuesta para crear el fondo de garantía de depósitos, el conocido como tercer pilar de la Unión Bancaria, seguirá en el limbo legislativo durante varios meses más.

El calendario electoral europeo, con comicios en Francia, Holanda y Alemania pendientes de celebrar en 2017, tampoco favorece a esta compleja propuesta, que prevé crear poco a poco una hucha común con fondos aportados por la banca a la que recurrir si es necesario reestructurar un banco en dificultades, para evitar así utilizar fondos públicos.

La idea de compartir estos fondos a nivel europeo genera un mayor rechazo en algunos de los países que se han convertido en acreedores de los socios que tuvieron que recurrir a rescates financieros durante la crisis, con el tercer programa griego aún sin finalizar y planteando serias dificultades.

En una jornada marcada por los rumores sobre la estabilidad del Banco Monte dei Paschi di Siena, los ministros también debatieron por primera vez el paquete de reformas bancarias presentado hace dos semanas por la Comisión Europea.

Ésta defiende que su paquete bancario tiene precisamente el "espíritu" de encontrar un equilibrio entre la reducción de riesgos y su mutualización, en palabras el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis.

Sin embargo, los socios mostraron numerosas observaciones y reservas en distintas cuestiones del paquete y muchos de ellos coincidieron en que no es suficiente para reducir los riesgos bancarios.

"Es muy importante que hagamos progresos tanto en la reducción de riesgos como la mutualización, pero progreso significa que este paquete sobre la reducción de riesgos realmente los reduzca, y soy crítico con esto", señaló el ministro holandés de Finanzas y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Algunos de los aspectos criticados fueron las propuestas sobre la capacidad de absorción de pérdidas (TLAC por sus siglas en inglés) y los requisitos mínimos armonizados de fondos propios y pasivos admisibles (MREL), que Schäuble afirmó que va "en el camino equivocado".

Durante un encuentro que ha tenido una agenda muy cargada, los ministros discutieron varias cuestiones de carácter fiscal y aprobaron su postura negociadora sobre la ampliación hasta 2020 del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSI, en sus siglas en inglés) del conocido como "Plan Juncker".

También se constató la falta de avances en la tasa a las transacciones europeas en diez países europeos, entre ellos España, Francia, Italia y Alemania.