Suiza negó hoy que manipule el franco suizo y atribuyó la fortaleza de su moneda en parte a un euro "muy débil" y al hecho de que sirve de "refugio" en tiempos difíciles, tras aparecer en la "lista de monitoreo" del Departamento del Tesoro de EEUU de socios cuyas políticas monetarias merecen atención.

El secretario de Estado para Asuntos Financieros Internacionales, Jörg Gasser, aseguró hoy en CNBC Singapur que "Suiza no manipula su propia moneda", según informó el Departamento Federal de Finanzas.

El franco suizo está "extremadamente sobrevalorado y las razones son bastante claras: el franco siempre ha sido un refugio en tiempos difíciles y el problema no reside tanto en el franco, sino en un euro muy débil", recalcó Gasser.

"La política monetaria se hace en Fráncfort y no en Zúrich, de manera que tenemos muy poca influencia sobre el euro", añadió el secretario de Estado, quien afirmó que el Banco Nacional de Suiza ha tenido que intervenir para mantener el franco suizo en un nivel que permite a la economía funcionar.

"Desde la crisis financiera el franco se ha apreciado en un 40 por ciento", sostuvo Gasser, "por lo que es comprensible que tenemos que hacer algo", subrayó.

Las razones por la apreciación del franco suizo están no solo en un euro débil, sino también en unos tipos de interés bajos, afirmó.

"Siempre subrayamos la extrema importancia de unos presupuestos equilibrados en la eurozona para que se pueda subir lentamente los tipos de interés en toda Europa", sostuvo.

El tipo de cambio se sitúa actualmente en torno a los 1,07 francos por cada euro.

El Banco Nacional suizo decidió en enero de 2015 abandonar el tipo de cambio mínimo, lo que se ha denominado "shock del franco suizo", dado que impulsó el franco al alza y el euro a la baja.

La cotización del franco no es el único factor que el Banco Nacional tiene en cuenta a la hora de fijar su política monetaria, sino también el nivel de los tipos de interés, la evolución de los precios y la coyuntura internacional.

En su informe semestral enviado al Congreso, el Tesoro de EEUU concluyó que ningún gran socio comercial cumplió los criterios para la manipulación de moneda en la segunda mitad de 2016, pero el Gobierno de la Administración del presidente Donald Trump establece una "lista de monitoreo" de los grandes socios comerciales del país cuyas "prácticas monetarias" "merecen atención cercana".

Así, considera que requieren "especial atención" seis países: China, Alemania, Japón, Corea del Sur, Suiza y Taiwán.

Para Berna la decisión de EEUU no vino por sorpresa: "Hemos estado abordando esta cuestión ya con la anterior Administración" del presidente Barack Obama, señaló Gasser.