La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha revisado un 12 % a la baja las previsiones de beneficio neto de las aerolíneas en 2018, hasta 33.800 millones de dólares (29.000 millones de euros), debido al encarecimiento del petróleo y los costes laborales.

Pese a esta revisión a la baja, el consejero delegado de la IATA, Alexandre de Juniac, ha asegurado hoy, en la asamblea general de la asociación que se celebra en Australia hasta mañana, que se trata de un buen resultado.

Las previsiones iniciales de la IATA apuntaban, en diciembre pasado, a un beneficio neto de 38.400 millones de dólares (32.900 millones de euros), después de que las aerolíneas ganaran en 2017 un total de 38.000 millones de dólares (32.550 millones de euros), cifra que, en este caso, había sido revisada al alza desde los 34.500 millones estimados inicialmente.

De Juniac ha subrayado que hay que tener en cuenta que la comparación está distorsionada por partidas contables especiales que aumentaron las ganancias en el ejercicio pasado, ya que el resultado operativo, aunque sigue siendo alto, muestra una tendencia a la baja desde principios de 2016, por la aceleración de los costos.

Las aerolíneas siguen en beneficio por noveno año consecutivo y su rendimiento del capital invertido lleva cuatro ejercicios seguidos por encima de su costo, lo que les permite financiar el crecimiento, crear empleo, fortalecer los balances y recompensar a los inversores.

La IATA espera que el precio medio del petróleo se sitúe este año en 70 dólares el barril, un 27,5 % más que en 2017 (54,9 dólares), frente a los 60 dólares previstos inicialmente.

Se prevé que los precios del combustible para la aviación aumenten un 25,9 %, hasta 84 dólares el barril, con lo que representarán el 24,2 % de los costes totales de las aerolíneas, frente al 21,4 % en 2017.

La asociación anticipa un repunte del 10,7 % de los ingresos respecto a 2017, hasta los 834.000 millones de dólares (713.510 millones de euros).

Se prevé que la demanda aumente un 7 %, la capacidad se mantenga en un 6,7 % y la ocupación avance 0,2 puntos porcentuales, hasta el 81,7 %.

En 2018, las aerolíneas esperan transportar a 4.360 millones de pasajeros, un 6,5 % más que un año antes, y recibir de los fabricantes más de 1.900 aviones nuevos (1.722 en 2017), muchos de los cuales reemplazarán otros más antiguos, ampliando la flota comercial global un 4,2 % hasta un total de 29.600 unidades.

Las estimaciones apuntan a que las aerolíneas norteamericanas logren un beneficio de 15.000 millones de dólares (18.400 millones en 2017), el 44 % de las ganancias globales (un 60 % en 2015).

Se pronostica que las europeas generen el segundo mayor beneficio neto con 8.600 millones de dólares, cifra que supone un aumento (8.100 millones de 2017), gracias a que su amplia cobertura de combustible está ayudando a retrasar el impacto del aumento del precio del petróleo.

Se espera que las aerolíneas de Asia y el Pacífico ganen 8.200 millones; las latinoamericanas, 900 millones; las de Oriente Medio, 1.300 millones, y las africanas pierdan 100 millones.

La IATA prevé, asimismo, que la tarifa media, antes de los recargos e impuestos, sea de 380 dólares (325 euros), un 59 % inferior a los niveles de 1998, tras ajuste por inflación.