El Gobierno estadounidense está replanteándose los límites de contaminación de las centrales eléctricas, específicamente una regla que limita la emisión de mercurio y otros componentes tóxicos en el aire, informó hoy la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés).

Los Estándares de Mercurio y Aire Tóxicos (MATS), como se conoce la norma, establecieron en 2011 nuevos límites para las emisiones de mercurio, plomo, arsénico y cadmio para las centrales eléctricas.

Los detractores consideran que esta medida, promulgada por el Ejecutivo del expresidente Barack Obama (2009-2017), ha causado el cierre de numerosas plantas de carbón.

La portavoz de la EPA, Molly Block, aseguró hoy que la agencia está investigando si es "apropiado y necesario" establecer nuevos estándares para el mercurio y otros contaminantes y que el órgano medioambiental enviará próximamente su evaluación a la Casa Blanca.

Los expertos opinan que la reconsideración es parte de un amplio esfuerzo del presidente Trump para desmantelar la agenda ambiental agresiva de Obama y eliminar lo que el presidente ve como "barreras para la producción y el uso de combustibles fósiles y otras energías domésticas".

El anuncio de hoy llega justo una semana después de que la misma agencia hiciera pública una nueva propuesta normativa que liberaliza y dejará en manos de los estados la regulación de las emisiones de las centrales térmicas de carbón, reemplazando también la exigente legislación medioambiental de Obama en ese sector.

Esa norma tiene por objetivo reducir los costos energéticos en los que incurren las empresas debido al Plan de Energía Limpia (CPP, por sus siglas en inglés) implantado por la anterior Administración y que tenía por objetivo reducir la emisión de gases de efecto invernadero.