El Banco Santander ha indicado al organismo regulador de la bolsa de EE.UU., la Comisión del Mercado de Valores (SEC), que la incertidumbre en torno al brexit supone un "riesgo" para su negocio y puede impactar "significativamente" en sus resultados operativos, su estado financiero y sus previsiones.

En un documento entregado el viernes a la SEC, el grupo bancario español hace un "inconveniente" balance de riesgos y cita problemas de la "economía política" que pueden comprometer su estado financiero, como "las guerras comerciales, las tensiones en la eurozona, el brexit y las elecciones en Latinoamérica".

El Santander, que cotiza en la Bolsa de Nueva York bajo el índice SAN, argumenta respecto a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) que su negocio está sujeto a importantes regulaciones y controles europeos y, aunque se ha aprobado legislación que transfiere el acervo comunitario a la ley británica, sigue habiendo incertidumbre.

El banco se refiere a las dudas sobre "los entornos legales y regulatorios" en los que operarán sus filiales "cuando el Reino Unido ya no sea miembro de la UE", y el marco en el que se situarán los negocios financieros transfronterizos una vez el país abandone la comunidad.

Señala que sus subsidiarias y otras entidades radicadas en Reino Unido ya no podrán apoyarse en el régimen de pasaportes para los servicios financieros y que "no está claro qué régimen alternativo se podría establecer" tras el brexit.

"Esta incertidumbre, y cualquier acción que se tome como resultado de ella, así como normas nuevas o enmendadas, pueden tener un impacto significativo en nuestros resultados operativos, estado financiero y previsiones", sostiene el banco.

Añade, asimismo, que la "falta de claridad" en torno al impacto del referéndum sobre los permisos de residencia de largo plazo de ciudadanos extranjeros "puede hacer difícil" a sus subsidiarias británicas "retener y contratar personal adecuado" y eso tendría efectos adversos en el negocio.

Por otra parte, el Santander vaticina que los desarrollos políticos en Reino Unido, sumados a los cambios en la estructura de gobierno y sus políticas, generarán "más volatilidad en el mercado" y cambios a nivel fiscal, monetario y regulatorio que le afectan.

Todo ello, agrega en el documento, "podría tener un efecto material adverso" para su capacidad de acceder a capital y liquidez en unas condiciones financieras "aceptables" y para sus resultados y previsiones.