La bioenergía -la energía derivada de los combustibles de origen biológico, como el biodiésel y el bioetanol- encabezará el crecimiento de la energía renovable de aquí a 2023, ha asegurado hoy la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La AIE ha difundido en Londres un informe donde predice que en los próximos cinco años la energía renovable continuará su expansión, hasta representar un 40 % del crecimiento global del consumo energético.

Según "Renovables 2018", el uso de energías renovables, más seguras para el medio ambiente que las de combustible fósil como el petróleo, crecerá sobre todo en el sector de la electricidad, y se calcula que en 2023 representarán un tercio de la generación eléctrica global.

Debido a un menor apoyo institucional, la energía renovable se expandirá a un menor ritmo en los sectores del transporte y de calefacción, indica la Agencia.

En el sector de generación eléctrica, aunque suben también la energía solar y la eólica, la bioenergía se prevé como la fuente más importante, dado que está más implantada en los complicados sectores de transporte y calentamiento.

"La bioenergía moderna tiene un gran potencial de futuro crecimiento. Sin embargo, es esencial que se apliquen las políticas adecuadas y estrictas regulaciones para asegurar la sostenibilidad", señala en un comunicado el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

Según los grupos ecologistas, los riesgos de la bioenergía, basada en combustibles obtenidos de las plantas y sus derivados, se vinculan con el desplazamiento que puede producirse de cultivos hoy utilizados a producir alimentos y con un posible encarecimiento de esos cultivos, lo que afectaría a la seguridad alimentaria.

Además, se teme que aumente la presión para extender los cultivos a ecosistemas frágiles o hacia montes y selvas, a fin de incrementar la producción de vegetales susceptibles de ser transformados en combustible, como cereales y azúcares.