La tecnología brilla de manera muy especial en la actualidad como uno de los potenciados más importantes del siglo XXI, encontrándose presente de manera omnipresente en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad actual. Esto es algo que se ha hecho especialmente patente desde la llegada de los teléfonos móviles y los ordenadores como elementos básicos para la vida cotidiana de las personas, los cuales han propiciado el mayor uso de todo tipo de software.

Entre los procesos y acciones que se han visto íntimamente ligadas a esto se encuentra la agregación de cuentas bancarias, cada vez más repetida por todo tipo de personas debido a los beneficios que proporciona. Se encuentra, además, ahora más en boga que nunca todo lo relacionado con la agregación bancaria y la PSD2, la reciente regulación que ha hecho que la primera pueda ser efectuada de manera más fiable y segura para todas las partes que intervienen en el proceso. Pero ¿qué son exactamente la PSD2 y la agregación financiera y cómo pueden ser utilizadas para el propio beneficio?

Agregación bancaria, un proceso que conviene conocer

La agregación bancaria se encuentra ahora en las conversaciones de muchas personas debido a que es mucho más frecuente llevar a cabo esta acción ahora que hace unos años. Esta consiste, ni más ni menos, en agrupar o juntar distintas cuentas, inversiones, tarjetas y cualquier otra cuenta relacionada con la contabilidad de una persona o empresa en un mismo lugar para poder obtener una visión completa de las mismas de forma efectiva, rápida, sencilla, segura y, lo más importante, actualizada de manera constante e inmediata para contar siempre con la última información disponible.

Es un proceso que se puede llevar a cabo por medio de herramientas que son proporcionadas por los propios bancos y que, gracias a la mencionada regulación PSD2, ahora sigue un proceso mucho más controlado y seguro para el usuario y sus datos personales. Un ejemplo claro de esto son las aplicaciones de fintech o finanzas personales, que agrupan en un mismo lugar todas las cuentas y números de una personas con el fin de ofrecer un desglose que permita a la misma evaluar los diferentes parámetros y dar al cliente una solución de ahorro, de gastos o de inversiones.

Resulta también necesario llevar a cabo una agregación bancaria para, por ejemplo, ejecutar un estudio en profundidad de las cuentas, dando acceso a un tercero para que pueda realizar las comprobaciones pertinentes de manera autónoma. También lo es, sin ir más lejos, para comprobar la liquidez y salud financiera de cara a la concesión de un préstamo de cierta cantidad, dado que la entidad que lo concede necesita tener la certeza de que este se podrá devolver de manera íntegra en los plazos que se han dado para ello desde un primer momento.

Un proceso regulado y seguro

Lo más importante de todo este proceso es que se encuentra regulado de manera oficial y segura por la normativa PSD2, que evita que todo este contenido sensible sea tratado de una forma poco coherente o se incurra en acciones que terminen provocando un cierto perjuicio a la persona propietaria de dichos datos. Esto es, como se ha visto en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos años, que terceros puedan hacerse con información financiera de otra persona sin su permiso y hagan uso de esos datos de manera fraudulenta para efectuar toda suerte de actividades.

Gracias a la nueva normativa, ahora quienes quieran hacer efectiva una agregación bancaria tendrán que aportar una serie de datos, información y pasar por un proceso de autenticación que realmente impida que otra persona tenga acceso a los datos por accidente. Así mismo, las empresas y aplicaciones que prestan servicios financieros deberán también acogerse a esta regulación para cumplir con los estándares mínimos que garanticen la operatividad dentro del marco que ha sido implantado por la vía legal.

En definitiva, a día de hoy el proceso de agregación bancaria no solo es recomendable, sino que es fiable desde el punto de vista institucional y personal, pudiendo llevarse a cabo sin temor a sufrir ningún perjuicio. A pesar de ello, no obstante, conviene tener controlado en todo momento quién dispone de los datos personales de uno y a quién se ha proporcionado acceso con el fin de revocarlo una vez cumplido el servicio.