La secretaria de Empleo confederal de Comisiones Obreras, Lola Santillana, ha estado presente estos días en Canarias para reclamar una mayor conexión entre el ámbito de la formación y el mercado de trabajo y, en especial, para exigir una FP Dual de calidad. La dirigente sindical insta al Gobierno central a derogar la reforma laboral del PP en uno de los viernes sociales que aún quedan antes de las elecciones, al tiempo que alerta de que la precariedad contribuye a ralentizar los ritmos a los que se crea Empleo.

La economía y el mercado laboral están lanzando algunas señales de desaceleración. ¿Puede producirse este año un frenazo en la creación de empleo?

Los problemas que tienen nuestra economía y el empleo son estructurales y graves. A eso hay que añadir la alta temporalidad de los contratos y su precariedad. Eso en cierta forma frena también que haya una mayor aceleración. Si no hubiera habido estas fórmulas de precariedad en los últimos años, seguramente estaríamos en una situación muy diferente y contribuiría a que hubiera una menor desaceleración. Pero, para que así sea, los empresarios se lo tienen que creer, y los gobiernos tienen que creerse también que es necesaria la inversión para cambiar el sistema productivo e invertir en aquellos empleos que puedan generar mayor valor añadido en el mercado y las empresas.

La reforma laboral no ha contribuido a reducir la temporalidad. ¿Cuáles son las fórmulas que hay que aplicar para hacerlo?

Lo que hizo la reforma laboral fue flexibilizar el despido, hacer más fácil que los trabajadores y trabajadoras se fueran a la calle y abrir las puertas a un empleo precario y de alta temporalidad. En CCOO tenemos distintas propuestas para combatir la temporalidad. Una de ellas es que hay que gravar más los contratos de corta duración. Lo que se ha disparado en nuestro país son los contratos de muy corta duración, de menos de una semana incluso. Ese tipo de contratos tienen que cotizar más a la Seguridad Social para impedir que se hagan tanto. Por otra parte, creemos, y así está demostrado, que una mayor inversión en recursos humanos en la Inspección de Trabajo genera buenos resultados. Lo primero que hizo el Gobierno tras la moción de censura fue acordar con los agentes sociales un plan de director de la inspección que se centró precisamente en aquellas actuaciones que CCOO venía demandando. Una de ellas era la alta temporalidad y el paso de contratos temporales a indefinidos. Puso en marcha la campaña y los resultados, aunque siempre son insuficientes, fueron que un alto porcentaje de los contratos temporales que había se hicieron indefinidos. Por tanto, hay herramientas e instrumentos. Lo que hay que hacer es potenciarlos y ponerlos en marcha.

¿Se ha perdido la oportunidad de derogar la reforma?

Sin lugar a dudas. Pero CCOO sigue insistiendo al Gobierno en que lo haga, pese a que ya están convocadas las elecciones y pese a haber perdido una oportunidad el 11 de diciembre, cuando hicimos el acuerdo con los sindicatos en la mesa de diálogo social. Pedimos al Gobierno que lleve la derogación de la reforma a un real decreto, aunque estemos en los últimos viernes en que puede hacerlo. Para nuestra población trabajadora supondría un gran avance. El pasado viernes se publicó el real decreto de registro horario, aunque no era el texto que CCOO tenía pactado. Lo mismo hay que hacer con la reforma laboral. Así se forzaría a los grupos parlamentarios a demostrar de qué lado están, si del de los trabajadores o únicamente del lado del poder económico y político.

¿Tiene un sesgo de género el deterioro del mercado laboral?

Tanto la precariedad laboral como el desempleo tienen cara femenina. También la desprotección. Si miramos las fuentes oficiales, las mujeres están once puntos por debajo de los hombres en protección por desempleo. El 65% de los contratos a tiempo parcial son a mujeres, y no porque las mujeres queramos, sino porque se beneficia el empresario. Y eso no significa que esos contratos no escondan jornadas completas. Tampoco es que se haga ahora más que antes. Las mujeres ya estaban en desventaja antes de la crisis, y continúan igual.

Los sectores más críticos con la subida del salario mínimo han empezado a achacarle algunos datos negativos de estos primeros meses del año.

No ha dado tiempo. La subida entró en vigor el 1 de enero, y cuando tuvimos los datos del paro, el 3 de enero, ya dijeron que se veía el efecto. Mire, no. Primero, porque en diciembre no se había producido la subida. Ahora estamos viendo cómo se articula la subida en los convenios colectivos, que no está resultando fácil. Ni en todas las empresas ni en todos sitios se ha implantado el nuevo SMI... No ha dado tiempo.

¿Hubiera sido mejor subirlo gradualmente, como se había pactado entre las organizaciones empresariales y los sindicatos? Hay quien no manifiesta una oposición de fondo a la subida, sino a la forma en que se ha hecho.

Siempre va a haber detractores. En parte, nosotros habíamos propuesto hacerlo gradualmente para forzar un acuerdo con los empresarios y que el Gobierno lo llevara adelante. Era una estrategia de negociación. Los efectos de la subida no se han producido todavía y creemos que no se van a producir. Lo que sí se va a producir es que se engordarán las economías familiares, algo que va a facilitar que la economía circulante se beneficie.

¿Hay suficiente conexión entre el ámbito de la formación y el del empleo?

No, siempre ha habido un divorcio. Siempre se ha dicho que hay un divorcio entre las universidades y las empresas y entre la Formación Profesional y las empresas. Pero también es porque ha habido falta de dignificación de la FP. Es necesario poner en mayúsculas la Formación Profesional, que da acceso a un trabajo digno. Esta es una de las primeras metas que nos tenemos que poner. De lo que tenemos que hablar es de lo que se entiende por FP Dual y lo que queremos que sea. Aquí se ha malinterpretado. El Gobierno del PP promulgó un real decreto en el que no identificaba qué se entendía por FP Dual, y en cada punto de nuestro país cada comunidad autónoma ha entendido una cosa. Pero no es solo eso: en cada comunidad autónoma hay dos maneras de entender la FP Dual en función de si la hacen las consejerías de Educación o las de Empleo. La falta de definición de ese real decreto ha hecho que cada uno entienda una cosa. Los gobiernos y las consejerías correspondientes lo han entendido de forma diferente porque venían fondos de Europa y simplemente se han preocupado más de abaratar los gastos que de lo que debe ser en realidad la FP Dual.

¿En Canarias qué se ha hecho?

Hay una mesa de diálogo social en la que se está abordando un documento para identificar qué se quiere hacer con la FP Dual. En esa mesa estamos los sindicatos. La FP Dual es aquella en la que hay un periodo de formación en la empresa y otro en el centro educativo. La formación en la empresa debe ser siempre a través de un contrato de formación y aprendizaje y con un tutor y un programa formativo que respalde. No puede ser cualquier cosa, ni unas prácticas de cualquier forma, que es lo que ahora mismo hay repartido por todo el país.

Una parte de los empleos del turismo en Canarias está ocupada por población trabajadora que viene de fuera porque los canarios no reúnen los requisitos necesarios o las habilidades que se demandan. ¿Es eso normal en una región que lleva décadas viviendo del turismo?

Lo que no es normal en esta comunidad autónoma es la alta temporalidad que hay en estos trabajos. Eso hay que combatirlo. Por otra parte, es necesario adecuar la formación a esa fuente de empleo, la más importante que hay en Canarias, que es el turismo. Eso indica ese divorcio entre lo que hace el mundo de la formación y lo que el mercado demanda.