El sector de la construcción da nuevos pasos en su progresiva recuperación tras el desplome que sufrió con la crisis y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Los visados de dirección de obra expedidos por los arquitectos técnicos alcanzaron el año pasado su volumen más alto desde 2008. En ellos, además, ganó peso la ejecución de vivienda nueva, que ya es de forma muy clara la actividad principal de los constructores frente al refugio que para el sector supusieron las actuaciones de reforma y mantenimiento en los momentos de mayor dificultad económica.

Los colegios de arquitectos técnicos firmaron en 2018 un total de 1.286 visados, de los que la gran mayoría -1.108- estuvieron destinados a edificación residencial. Las nuevas viviendas que empezaron a construirse ascendieron a 3.049, casi el doble que hace dos años -cuando fueron 1.580- y, de nuevo, la cifra más alta desde 2008, el año en el que se desató el crack inmobiliario.

Según el presidente de Fepeco, Óscar Izquierdo, los datos -procedentes del Ministerio de Fomento y elaborados por el Instituto Canario de Estadística (Istac)- constatan que la construcción está protagonizando un crecimiento "estable y ordenado". Las cifras siguen aún muy lejos de las que se registraban en el periodo precrisis. El máximo dirigente de la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife celebra la "reactivación" de la actividad. "Es una buena noticia para todos. Cada empleo en la construcción repercute en la creación de otros tres en otros sectores", expone Izquierdo.

Los 1.286 visados de dirección de obra expedidos el año pasado triplican los 423 contabilizados en 2014, que fue el peor ejercicio para el sector. Sin embargo, se encuentran bastante por debajo de los emitidos en 2008 (2.670) y, sobre todo, en 2006, cuando se alcanzó la cifra más elevada (10.644) de todo el periodo analizado por el organismo estadístico de la Comunidad Autónoma.

El mayor volumen de obras en viviendas -nuevas o usadas- también se dio en 2006, más de 43.500, una magnitud ante la que palidecen las 3.579 iniciadas el año pasado que, no obstante, son el dato más alto desde 2008. Dentro del total de viviendas iniciadas empiezan a perder algo de peso los trabajos de reforma, restauración y ampliación, que en 2018 se centraron en 530 casas, una cifra ligeramente superior a la del ejercicio anterior (508), pero que, ante el ascenso experimentado por las viviendas nuevas, supone una porción más pequeña de la tarta. No están tan lejanos los tiempos en que estas actuaciones representaban el 40% -en 2014- de las obras residenciales a las que se dedicaba el sector en las Islas.

"En los últimos años nos habíamos basado sobre todo en las reformas, la rehabilitación y el mantenimiento. Ahora se están sintiendo los primeros síntomas de la recuperación de la obra nueva", resume Óscar Izquierdo. Según el presidente de la patronal, la demanda de vivienda "aumenta cada día de forma exponencial". Para afrontarla, advierte, "se tendrían que estar construyendo unas 12.000 al año".

Aunque el sector recobra fuerza y los cambios legislativos ayudan, la ejecución de viviendas no adquiere el ritmo que, a juicio de las empresas, necesita. "La Ley del Suelo se queda en la puerta de muchos ayuntamientos", señala Izquierdo. La falta de recursos materiales y humanos de las oficinas municipales de urbanismo y su escasa "estructura técnica" conducen a una "paralización" de las licencias que, según Fepeco, ahuyenta a los inversores.

La patronal, no obstante, asegura que se encuentra trabajando con el Instituto Canario de la Vivienda para "poner en el mercado el máximo de vivienda protegida que se necesita".

LAS CIFRAS

1.286 visados de obra expidieron en 2018 los arquitectos técnicos, el volumen más alto desde el año cero de la crisis.

3.049 viviendas nuevas empezaron a ejecutarse el año pasado, casi el doble que en 2016 y, de nuevo, el dato más alto desde 2008.

530 fueron las obras de reforma en viviendas acometidas en 2018.

43.500 viviendas fueron construidas o reformadas en las Islas en 2006.