Las canarias cuentan desde hace un año con un instrumento que les permite comunicar de forma anónima cualquier discriminación que puedan sufrir en el ámbito laboral. El Buzón Lila -que comenzó a funcionar el 10 de abril de 2018- ha recibido en este periodo casi cien denuncias, referidas sobre todo a contratación irregular asociada a la condición femenina y a lo que las afectadas consideran limitaciones injustificadas en el acceso a los puestos de trabajo a los que optaban.

Según el director general de Trabajo del Gobierno regional, José Miguel González, la experiencia de estos casi doce meses ha enseñado a la Administración que el carácter anónimo de las quejas -una de las condiciones necesarias para que las mujeres se animen a comunicar su situación- obliga también a profundizar en busca de "una mayor calidad de los datos".

La labor de averiguación posterior ha permitido que aproximadamente la mitad de las comunicaciones recibidas en el buzón se haya traducido en la apertura de un expediente informativo, al margen de que para algunas de ellas aún no ha transcurrido el tiempo necesario para iniciar el correspondiente procedimiento. "Para convertirse en denuncia, necesitamos de una cierta certeza", argumenta González.

La mayoría de las comunicaciones han sido formuladas por las propias afectadas, aunque también existe la posibilidad de que las presenten terceros. El anonimato del denunciante se garantiza tanto ante la empresa como ante la Administración, que una vez recibida adquiere el compromiso de investigar los hechos y recabar los datos que pudieran conducir a la presentación de oficio de una denuncia formal.

El Buzón Lila -una iniciativa de la Consejería de Empleo y el Instituto Canario de Igualdad- incide en la perspectiva de género con la que la Inspección de Trabajo ha abordado sus actuaciones en las campañas extraordinarias que lleva a cabo para hacer aflorar contratos fraudulentos y en las que más del 55% de las regularizaciones han beneficiado a mujeres.