Clientes, amigos y alguna autoridad política -el alcalde de Santa Cruz de Tenerife- celebrarán hoy (19:30 horas en el Club Oliver) los 25 años de Renta 4 en Canarias. En estas dos décadas y media, la entidad financiera dedicada a los servicios de inversión y, desde 2012, banco especializado en la gestión de servicios financieros ha estado pilotada en las Islas por Francisco Torres.

¿Cómo nació Renta 4 en Canarias? ¿Qué recuerdos guarda de sus inicios?

Lo afronté con una cierta ingenuidad. Si no hubiera sido así, no habría sido posible. Empecé en un piso, con humedades y todo, en una primera planta de un edificio antiguo en la calle Ramón y Cajal. Allí no tenía que ir nadie, así que no había problema. Tenía un ordenador, un fax, un teléfono -fijo, claro- y un terminal de Infobolsa, que era algo que no tenía apenas nadie. Intentaba buscar clientes. Algunos eran amigos de mis padres y eran, en general, gente con una cultura financiera alta. Después me trasladé a una oficina que tenía mi padre en la calle San José. Pedí un préstamo y la reformé. Celebramos la inauguración en abril del 94, con la presencia del juez de delitos monetarios Miguel Moreiras, que fue el que metió en la cárcel a Mario Conde. Sabía que me quedaba grande, y por eso tenía la suficiente valentía para asumirlo. Con ingenuidad y ganas, fui tocando puertas, muy despacio.

¿Cómo ha sido la evolución hasta ahora?

Renta 4 ha seguido creciendo y se ha convertido en algo distinto. Es el único banco en España con ese modelo de banca no comercial. La oficina que hemos tenido siempre nosotros es hacia donde están girando ahora ellos: coffees y salas de reuniones para atender a los clientes. Antes éramos más de bolsa y mercados y ahora más de asesoramiento patrimonial. Nos hemos vuelto como las personas cuando crecen, más conservadores y moderados. Ahora nuestra prioridad es la prudencia, proteger el ahorro y que el patrimonio de las personas crezca, aunque sea poco a poco y evitando en la medida de lo posible los sustos y la volatilidad. Nos centramos en cuidar y asesorar a las personas. No tenemos la rotación de la banca comercial, seguimos siendo los mismos, con un principio de prudencia, discreción y proximidad.

Es un cliente de toda la vida, casi literalmente, ¿no?

Son clientes de toda la vida, que se acaban haciendo amigos, pero siempre con el respeto de que es tu cliente. Ese es el enfoque. Estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho. Me han dejado seguir 25 años en una misma empresa, en unos tiempos tan cambiantes. Y no pierdo las ganas de reinventarme y de disfrutar del trabajo. La pasión es lo importante.

¿Cuál es el perfil del cliente de Renta 4?

Durante mucho tiempo han sido clientes con una cultura financiera elevada, por encima de la media, alguien no excesivamente conservador, dispuesto a asumir algunos riesgos. Hoy se ha suavizado el perfil. En estos 25 años también se ha transformado España. Han sido los años del cambio político, de las autonomías... un cambio de país. No sé si este es momento de dar un segundo empujón, porque si no, vamos para atrás. Tiene esa pinta.

¿Qué desafíos afronta la economía?

Todo va muy rápido, es muy inmediato. Se sobrepondera el corto plazo frente al largo, y las cosas importantes solo se aprenden en el largo plazo. Nadie aprende un idioma o acaba una carrera en un año. El sector público vive en la inmediatez. En términos económicos pasa un poco lo mismo. Ahí está el Banco Central Europeo inyectando dinero, haciendo que no valga nada, lo que es una incoherencia. Tengo una vivienda con una hipoteca y pago a una persona para que viva en ella. Eso es lo que está pasando con el dinero. A las entidades financieras les cuesta tener dinero. Eso es como un enfermo al que, en lugar de tratar, mantienes en cama atiborrándolo de calmantes, que tienen efectos secundarios. Ese es el problema de Europa, que se está quedando obsoleta en la globalización y no mira lo que hace Asia, que va como una moto. Europa sigue dormida y dopándose.

¿Y Canarias?

Es la gran olvidada. Tenemos una serie de hipotéticas ventajas que, cuando hay otra prioridad, ocurre lo que ocurrió con los últimos presupuestos del Estado. Somos región ultraperiférica, pero no se nos mira con el suficiente cariño. Los padres intentan ayudar al hijo más débil; el más fuerte -Madrid, Barcelona- se defiende solo. Canarias necesita ayuda, porque si no se muere. Otro problema que tiene Canarias es, una vez mas, la globalización. Pero soy positivo. Tenemos una situación climática y en todos los aspectos muy potente y una industria también muy potente, el turismo, que se puede reinventar un poco. Pero tenemos un sistema formativo un poco mediocre. Deberíamos todos saber inglés perfectamente y no lo hacemos. Siendo un país tan turístico, no sé por qué seguimos doblando las películas.

¿Cuánto tiempo durará esa situación de tipos de interés negativos?

Parece que va a durar hasta que estalle esto. Las tasas de crecimiento de Europa bajan, Alemania está aflojando, tenemos un conflicto con el brexit... En España hay un problema político, de claridad, no existe posibilidad de pactos. Es básicamente una lucha por el voto y por salir reelegido. Se prima lo inmediato y da igual lo que venga. No se piensa en las nuevas generaciones.