Jéssica de León, consejera de Turismo: «El turismo activo emplea a 13.000 personas, vamos a profesionalizarlo»

¿Qué motiva la regulación del turismo activo?

En realidad está regulado por un decreto de 2018, pero quedó pendiente la parte más importante, la de la formación. Se dieron nueve meses a la Administración para desarrollar el anexo de especialidades y determinar las que eran necesarias para el desarrollo de cada actividad.

¿No hay formación ya en este ámbito en las Islas?

Se imparte un grado medio y profesional solo sobre algunas actividades. Hace años, cuando era consejera de Turismo de Fuerteventura, me reuní con la Asociación de Turismo Activo. Contaban que les están cayendo multas, porque las actividades se ofertan, se da el servicio y cuando van los inspectores, los monitores no están formados conforme a las especialidades recogidas en el decreto.

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¿Atrapados en un trampa sin posible escapatoria?

Nos vimos en la obligación de trabajar lo más rápido posible y desde el primer minuto. Es nuestra obligación intentar reconocer todas y cada una de las especialidades y, además, dar formación a esos técnicos, a esos monitores, para que puedan hacer carrera en el turismo activo. Con módulos básicos pueden ser auxiliares y a medida que vayan aumentando el número de horas, como hacen el resto de comunidades autónomas, llegar a monitores.

¿Cuántas empresas operan en este ámbito en Canarias?

Son más de 1.200 las que se dedican a crear experiencias, incluido el ecoturismo, que hasta el momento no se reconocía y nos puede generar alrededor de 2.000 puestos de trabajo más que sumar a los entre 13.000 o 14.000 que hay en el sector hoy.

Dibújeme los límites del ecoturismo. ¿De dónde hasta dónde va?

Es un subsector de gran importancia para la experiencia turística. Una vez que el cliente está aquí, el ecoturismo le acerca y destaca los valores naturales etnográficos, culturales y gastronómicos asociados a Canarias. Podemos ser fundamentalmente un destino de sol y playa, que lo somos y, además, el mejor del mundo, pero tenemos muchos más atractivos que tenemos que poner ante quienes nos visitan.

¿Qué proporción de quienes trabajan actualmente en este ámbito cuentan con la formación que se precisa?

El proceso se ha desarrollado de manera inversa a la habitual. Primero existieron las actividades a través de pequeños emprendedores que ofrecían a los turistas experiencias de ciclismo, senderismo, buceo, apnea... El decreto vino a reconocerlas y a fijar unos estándares de calidad, que en definitiva es lo que se persigue. Para ello se define una formación especializada para los monitores y eso se quedó en una nebulosa durante al menos cinco años. Ahora pretendemos decir cómo pueden formarse y en qué. En el desarrollo de la actividad podría producirse un pequeño golpe, por ejemplo, y el monitor debe saber de prevención de riesgos laborales y primeros auxilios. Tenemos que dar la posibilidad de acceder a la formación precisa para poder impartir clases de windsurf u organizar rutas de senderismo, por ejemplo. Vamos a decirles los itinerarios formativos que tienen que seguir y dónde cursarlos, y en eso Hecansa va a jugar un papel fundamental. Ponemos en valor a esos profesionales, posibilitamos que se formen en su tierra y que en un momento dado hasta puedan saltar fuera de Canarias y abrirse a otro tipo de horizontes. Hoy un monitor de surf se tiene que formar fuera y luego volver para trabajar aquí. Y al mismo tiempo facilitaremos a las empresas el poder contar con personal plenamente formado y acreditado para disipar totalmente la amenaza de una sanción. Nos va a pasar igual con el sector de camping y acampada, una actividad no reconocida pero que existe. Tendremos que regularla y marcar la calidad a la que aspira el destino.

Me nombra a Hecansa. ¿Ya no solo forma en el ámbito alojativo y hostelero?

Eso pasó a la historia en el momento en que nosotros entramos por la puerta. Hecansa tiene que ser el foco de formación de profesionales del turismo y brindar una formación de calidad adaptada a todos los que trabajan para el sector. Y también reciclar a nuestros profesionales, traer de vuelta a otros para impartir formación como lo han hecho las estrellas Michelin en cocina.

¿Qué papel juega el turismo activo a la hora de descongestionar los polos principales de atracción de visitantes?

Fundamental. Insisto en que somos un destino de sol y playa, y no tenemos que avergonzarnos porque somos el mejor del mundo. Esa es la gran fortaleza que nos permite captar a un turista que puede hacer muchas más cosas que quedarse en el hotel. En esas muchas otras cosas juega un papel fundamental el turismo activo. Saca a los visitantes de la costa, les muestra las medianías, les da unos valores sobre el conocimiento del territorio y, además, de forma responsable. Sabe dónde está entrando, sabe el valor natural que representa ese espacio que pisa y el monitor de turismo activo lo que hace es formar al cliente e informarle de que Canarias es mucho más que sol y playa. Ahí sí podemos hacer entender al cliente la idiosincrasia y diversificar la economía usando el turismo, extendiendo su beneficio a empresas que nada tienen que ver con lo alojativo.

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