Pesca

Un estudio del Europarlamento aprueba ahora el palangre para áreas protegida

El informe, que sí recomienda excluir el arrastre, cuestiona el veto a la pesca de fondo en las 87 zonas del Atlántico Norte: “No es necesario suspender el uso de artes pasivas”

Arrastreros de Gran Sol en el puerto de Vigo.

Arrastreros de Gran Sol en el puerto de Vigo.

Jorge Garnelo

“No es necesario suspender el uso de otras técnicas de pesca, como las artes pasivas, ya que no afectan a las AMP (áreas marinas protegidas) donde se encuentran fondos marinos vulnerables”. Es una de las frases más claras del estudio Exploring the viability of innovative fishing technologies as an alternative to bottom trawling in European marine protected areas, encargado por el Parlamento Europeo y que llega 20 meses después de que la Comisión Europea vetase la pesca de fondo en 87 zonas del Atlántico Norte, como ha denunciado el sector pesquero “sin ningún tipo de base científica”. La afirmación engloba a artes pasivas como el palangre, que ha sufrido en carne viva la prohibición junto al arrastre desde el pasado 9 de octubre de 2022.

Elaborada para los miembros y el personal del brazo legislativo de la Unión Europea, y dirigido a ellos como material de referencia para ayudarles en su trabajo, esta investigación realizada por François Bastardie a petición del Panel for the Future of Science and Technology (STOA) se acaba de publicar en medio de la nueva ofensiva al sector pesquero por parte de la Comisión Europea, que en marzo de 2023 avanzó un Plan de Acción –reprobado en enero de este año por Estrasburgo– con el que busca restringir el arrastre en las áreas marinas protegidas, que en 2030 ocuparán el 30% de las aguas comunitarias. El escrito de 94 páginas concluye, por un lado, que por ahora no existen innovaciones en la pesca de arrastre de fondo que no afecten a la tasa de captura y, por tanto, a la rentabilidad de las pesquerías que utilizan. “Mitigar el impacto en el fondo marino con innovaciones probablemente no sea suficiente para alcanzar los objetivos de conservación”, indica. Y aconseja que las artes móviles de contacto con el fondo marino (MBCG) “se excluyan de las áreas designadas que se consideren vulnerables a la pesca de fondo”.

“El uso de MBCG (el arrastre) debería excluirse de las AMP consideradas vulnerables a la abrasión física, incluso con artes de pesca innovadoras”, dice, pese a admitir que “el efecto de excluir a los arrastreros de las AMP en estas áreas y, de manera más amplia, en el medio marino es difícil de medir, y se necesita tiempo antes de que se puedan ver los beneficios”. “La opinión general es promover el uso de artes pasivas –entre las que se encuentra el palangre– en lugar de artes de arrastre de fondo para pescar en AMP que tienen condiciones de fondo únicas o potencialmente únicas”, agrega. Eso “anularía el impacto en el fondo marino”, si bien “es probable que la conversión de la flota a esas técnicas tenga costos iniciales, lo que dificulta que los arrastreros cambien a artes de pesca pasivas”.

“Totalmente equivocado”

Si bien las 87 zonas del Atlántico Norte y las AMP no son lo mismo por definición –las primeras se cerraron para proteger los ecosistemas marinos vulnerables (EMV) y las segundas trascienden más allá de esta cuestión–, la conclusión del estudio pone en cuestión por qué se cerraron las 87 zonas del Atlántico Norte a artes pasivas como el palangre si “no afectan” a las AMP. Llama la atención que el informe incluso recomiende su sustitución, pese a destacar que “es obvio que no se deben promover las artes pasivas en AMP que, por el contrario, están designadas para proteger especies notables de aves marinas, mamíferos marinos, reptiles o elasmobranquios protegidos”. En este sentido también pone en valor los aspectos positivos de artes pasivas como el palangre, “que son más selectivas y consumen menos combustible durante su funcionamiento”, en contraposición al arrastre, “un método de pesca no selectivo que da lugar a muchos descartes” y cuyos barcos “no están tomando medidas para desarrollar artes de pesca más selectivas”.

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  1. "Mejores resultados" a nivel local y regional
  2. “El cambio de todas las actividades de MBCG (artes móviles de contacto con el fondo, como el arrastre) a artes de pesca pasivas (como el palangre) dará los mejores resultados esperados a nivel local y regional tan pronto como el acceso a las oportunidades de pesca se reasignen a este tipo de pesca”.
  3. Más esfuerzos para “investigar” el arrastre
  4. “Si se continúa con la pesca de arrastre de fondo, puede que valga la pena considerar la posibilidad de excluirla de las zonas marinas protegidas para mejorar su estado ecológico y, al mismo tiempo, continuar con los esfuerzos de investigación sobre tecnologías relacionadas con la pesca de arrastre”.

Publicado este jueves, el estudio encargado por el Parlamento Europeo recomienda también “introducir áreas marinas protegidas más adecuadas para su finalidad y seguir apoyando las investigaciones para entender si una nueva designación de áreas marinas protegidas puede abarcar a varios objetivos”. En el caso del palangre, cabe recordar que sigue en fase de tramitación el recurso contra el veto a la pesca de fondo presentado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, así como el recurso made in Lugo promovido por Madre Querida SL y otras 15 compañías con base en el norte gallego, además de la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela (OPP-7). El Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca de la alta institución comunitaria (Stecf) ya ha admitido que “puede haber subestimado los impactos negativos del cierre de los EMV”.

Para Daniel Voces, director gerente de la patronal europea de pesca (Europêche), el estudio no acierta al pronunciarse sobre el arrastre, “donde más proyectos de selectividad, y además con éxito, se han realizado”. “Creo que está totalmente equivocado”, evidencia, dejando claro por otro lado que la idea de sustituir el arrastre por el palangre le lleva a 2013, cuando se discutía el reglamento de pesca en aguas profundas y la Comisión Europea apoyaba esta opción. “Llegamos a 2024 y vemos que aquellos que estaban utilizando estas artes pasivas están sufriendo lo indecible, con todos los cierres que están teniendo, las famosas 87 áreas, sin el análisis científico adecuado... Totalmente desproporcionadas y también sin análisis de impacto socioeconómico”, sentencia.

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