CECA

Tres siglos de labor silenciosa avalan la Obra Social de las fundaciones

Las entidades asociadas al sector CECA invirtieron en la última década un total de 7.800 millones de euros en 930.000 proyectos en toda España

Foro sobre el papel de las fundaciones en la transformación social y económica de Canarias

El Día

La Obra Social de las entidades financieras viene asociada históricamente a las cajas de ahorros y en la actualidad este tipo de proyectos con fines sociales se ha desplazado hacia las fundaciones del sector CECA, es decir la asociación de cajas de ahorros y bancos creados por ellas. Un compromiso que se remonta al siglo XVIII con la aparición de las primeras entidades benéfico-sociales surgidas para ayudar a las personas más vulnerables.

Esa es la base donde se asientan los cimientos de Fundación CajaCanarias, Fundación La Caja de Canarias y Fundación ‘‘la Caixa‘‘. Una labor que, en la última década, supuso una inversión de 7.800 millones en toda España para impulsar 930.000 actividades que alcanzaron un promedio anual de 31 millones de beneficiarios. Por tal motivo, el Grupo Prensa Ibérica y sus dos cabeceras en Canarias, EL DÍA y LA PROVINCIA, impulsaron junto a CECA la mesa de expertos sobre El papel de las fundaciones en la transformación social y económica de Canarias.

Los datos que expuso Alberto Aza, portavoz de CECA, son contundentes. En 2023 este sector invirtió más de 850 millones de euros. La inversión correspondiente al área de Acción Social fue la más importante con una dotación equivalente al 57% de los Presupuestos del Estado destinados a protección a las familias y pobreza infantil.

«Nuestra labor entregada, silenciosa y alejada de los grandes focos mediáticos se mantiene después de tres siglos gracias a la cooperación entre las distintas fundaciones», afirmó Aza.

Todos los expertos que intervinieron en el debate resaltaron que la Obra Social acompaña a las familias canarias a través de programas sociales y asistenciales; de formación y educación, iniciativas de ayuda a la investigación científica e I+D; actividades culturales y acciones para la conservación del patrimonio; fomento del empleo y programas relacionados con la sostenibilidad, el medioambiente y el cambio climático. Sin duda, las fundaciones han contribuido, y siguen impulsando, a la transformación social y económica del Archipiélago en las últimas décadas.

«Somos herederos del sistema de cajas y montes de piedad y la alianza estratégica entre nosotros, así como con las entidades del Tercer Sector, goza de buena salud, por lo que no vamos a dar la espalda a todas las personas que nos necesitan», aseguró Fernando Fernández-Morales, de Fundación La Caja de Canarias.

La atención a los colectivos de personas con necesidades más apremiantes, la prevención de tales situaciones y el apoyo a las políticas contra la exclusión social son los principales ejes de actuación de estas fundaciones que se dieron cita en el encuentro, en unos casos con programas propios de ayudas directas a las familias, y en otros a través de la asignación de recursos a las entidades del Tercer Sector, tanto privadas no lucrativas como públicas.

«Conocemos la importancia del Tercer Sector y de las personas que trabajan a pie de calle. Sin ellas poco podríamos hacer», defendió Mauricio González Rodríguez, delegado de Fundación ‘‘la Caixa‘‘.

«Atendemos a personas con necesidades reales y las entidades del Tercer Sector están a pie de barrio», añadió Fernández-Morales.

«Lo que ha cambiado es que ya no se depende de forma directa de la cuenta de resultados de las cajas de ahorros de las que dependían las fundaciones. Los fondos son propios y con ellos se desarrolla también una misión propia», insistió el delegado de Fundación ‘‘la Caixa‘‘.

«La Obra Social representa una manera particular de hacer banca, aquella en la que el negocio bancario y la contribución social son dos caras de la misma moneda. Y la prueba es que el sector CECA es el primer inversor social privado de España», defendió Aza. «Y no solo hablamos de una aportación cuantitativa, sino también cualitativa, pues gracias a su arraigo territorial y cercanía a los colectivos asistidos podemos complementar las políticas públicas, personalizando los programas a las necesidades específicas de las personas», remachó.

«Las fundaciones contamos con una proximidad al territorio que no debe ser desdeñada y si conseguimos alinearnos con los objetivos de desarrollo sostenible y crear sinergias entre los actores públicos y privados de la región, seremos actores importantes de la economía y de la sociedad canaria en general», defendió Óliver González, responsable de Fundación CajaCanarias.

Un ejemplo de esta cercanía al territorio es el programa CaixaPro infancia que defendió González Rodríguez: «se ejecuta a través de espacios cercanos en cada municipio y sus distritos para dar oportunidades y luchar contra la pobreza infantil en las clases sociales más desfavorecidas».

El objetivo es que «la pobreza no se herede y los niños y niñas puedan progresar en la escala social. Es un programa que ataca la vulnerabilidad social, pero siendo conscientes de que nosotros solos tampoco podemos cambiar la realidad».

Esta actuación es un ejemplo de la labor multidisciplinar de la Obra Social, pues no solo va dirigida a menores directamente sino también a sus familias, ya que se busca garantizar un nivel de bienestar óptimo en el propio entorno que favorezca su crecimiento y su formación. Para ello, se financia el equipamiento escolar, se impulsan campamentos y actividades de verano, talleres educativos familiares, se incide en la alimentación e higiene infantil e, incluso, se facilita apoyo psicológico o gafas y audífonos. Una labor loable y sostenida en el tiempo, pues en estos programas especiales cada niño permanece dos o tres años dentro de un plan coordinado para promocionar y orientar a ese menor. En total, CaixaProinfancia atendió a más de 6.200 menores de 4.500 familias en el Archipiélago.

Un actuación parecida lleva a cabo Fundación La Caja de Canarias con sus ayudas escolares: «llega a 32 de los 34 municipios de la provincia oriental y el año pasado ejecutó el 99,2% de su presupuesto cubriendo necesidades que van desde facilitar el uniforme hasta tablets para intentar paliar la brecha digital que se evidenció durante la pandemia», argumentó Fernández-Morales.

Este programa, en concreto, ayudó a 1.321 menores de 676 familias de la provincia grancanaria

«El hecho de que la ciudadanía considere a las fundaciones como algo propio nos ayuda a que se entienda mejor nuestra labor. Esta cercanía nos permite desarrollar nuestros programas de una manera continuada en el tiempo, premisa necesaria para contribuir a la transformación de nuestra sociedad», insistió González Rodríguez. Al respecto, Fernández-Morales remachó que «las 584.000 personas beneficiarias de las ayudas sociales no son solo las directamente afectadas, sino también sus familias, que necesitan tanto la ayuda como un respiro de sus tareas habituales hacia el beneficiario. También lo son todas aquellas personas que van a una exposición cultural o una obra de teatro que nosotros impulsamos».

Los datos son irrebatibles; los proyectos de integración laboral facilitaron 1.849 puestos de trabajo en las Islas en colaboración con 435 empresas; el programa Reincorpora para personas en prisión posibilitó un centenar de inserciones; 512 pacientes y 1.152 familiares ingresaron en el programa de Ayuda Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas y más de 5.700 canarios participaron en las 408 actividades impulsadas por el programa de envejecimiento activo de Fundación ‘‘la Caixa‘‘.

En concreto, y analizando todo lo que se lleva a cabo en torno a personas mayores, Fernández-Morales hizo hincapié en que «el concepto de Tercera Edad ha cambiado mucho, ahora se habla de Cuarta y hasta Quinta Edad, por eso a estas personas hay que darles nuevas motivaciones, porque creemos en una formación evolutiva». «En todas las fundaciones se ha hecho un buen trabajo con las personas mayores, porque la vida es vida hasta el final y lo que debemos lograr es retrasar lo más posible que accedan a la dependencia», avaló González Rodríguez.

Hablar de Obra Social no debe ser solo sinónimo de ayudas a los colectivos vulnerables, también esta labor de las fundaciones se dirige a programas para fomentar el talento investigador, con proyectos a los que hacen seguimiento y que, como afirmó González, «incluso inspiran a otros investigadores». «Los jóvenes son el futuro de las islas», insistió Óliver González, responsable de Fundación CajaCanarias.

Un debate de Obra Social entre los máximos responsables de las fundaciones no podía concluir sin mencionar el programa con el que, en palabras del responsable de Fundación CajaCanarias, se quiere «promocionar el talento canario en las artes y la cultura».

El Festival Internacional Canarias Artes Escénicas (CAE) lleva siete años con su decidida apuesta por acercar el teatro al público infantil y juvenil para contribuir al desarrollo personal y formativo de los jóvenes a través de las artes escénicas y, particularmente, crear nuevos públicos que mitiguen el efecto de pérdida de asistentes a manifestaciones culturales. El CAE, que «no podría hacerse de otra forma si no fuera por el apoyo decidido de Fundación ‘‘la Caixa‘‘ y de Fundación CajaCanarias», ofrece una programación de artes escénicas, música, literatura y artes audiovisuales que contribuyen al intercambio cultural y la convivencia entre artistas, público y agentes culturales que responde a los nuevos desafíos de diálogo y encuentro social, multicultural, diverso y plural y fomenta la cultura entre niños, niñas y jóvenes, colectivos en riesgo de exclusión social y personas con discapacidad o diversidad funcional. A este importante Festival hay que unir la promoción de exposiciones que contribuyen al desarrollo individual y colectivo de las Islas.

En definitiva, y como quedó constatado durante la mesa de expertos y resumió a modo de conclusión el portavoz de CECA, Alberto Aza, «la Obra Social es nuestra seña de identidad y su éxito nos llena de orgullo y satisfacción».