Contrariamente a lo que suele pasar con los musicales de nueva generación, el "Grease" de las salas de teatro es anterior al "Grease" de celuloide. El musical que desembarcará esta semana en la capital tinerfeña fue creado en 1971 por el dúo compuesto por Jim Jacobs y Warren Casey, mientras que el que generó uno de los romances más populares de la historia del cine lo dirigió Randal Kleiser en 1978. La esencia del amor que surge entre John Travolta y Olivia Newton-John es idéntica a la que ya se había distribuido con anterioridad en el emblemático Broadway en torno al "farruquito" Danny Zuko y la hermosa Sandy Olsson. Los dos guiones están ambientados en los años 50, más exactamente, en los "greasers" que deambulaban por las inmediaciones de núcleos estudiantiles como el Rydell High School.

"Grease" es un homenaje al rock and roll más tradicional. De hecho, en el filme de Kleiser se produjo una anécdota asociada con el rey del rock and roll. La escena en la que Stockard Channing (Rizzo) se acuerda de Elvis Presley se rodó el mismo día en el que se produjo la inesperada muerte del músico de Tupelo. El filme, que en España se promocionó con el nombre de "Brillantina", potenció la imagen de un musical que se dio a conocer por primera vez en Chicago en 1971, y doce meses más tarde, en Nueva York. El año pasado, por lo tanto, se celebró el 40 aniversario de un proyecto que en la Gran Manzana promocionó el talento teatral de actores de la dimensión de Richard Gere, Brooke Shields, Russell Crowe o Patrick Swayze.

Otra de las diferencias que hay entre las versiones de Jacobs & Casey y la de Kleiser es que en el musical aparecen nueve números musicales que no figuran en la propuesta cinematográfica que lideraron John y Olivia.