El filme "Elle s''en va", con Catherine Deneuve dando tumbos a por cigarrillos, más lo último del coreano Hong Sangsoo, cerraron hoy la Berlinale y dispararon la caza del Oso, con la chilena "Gloria" y otras mujeres poderosas a la cabeza.

Deneuve, otra mujer al volante y sobre los 60, sólo que sin la fuerza positivista que desprende la protagonista de Sebastián Lelio, cerró el desfile de las 19 aspirantes de la competición del festival, consagrado como nunca a retratar mujeres sin complejos.

"Ella s''en va" es un filme escrito por su directora, Emmanuelle Bercot, expresamente para su diva y ésta responde con un recital de su característico rictus de hastío, pero también lágrimas que la humanizan y risas que la rejuvenecen.

Es el retrato de una mujer que fue y sigue siendo hermosa, a la que el azar hace ejercer de buena abuela -pese a que se saltó la etapa de ser una buena madre- y que, como Paulina García -la "Gloria" de Lelio-, disfrutará del sexo.

El filme de Bercot da algunos tumbos, como la Deneuve, pero fue un honroso colofón para una Berlinale dominada por la mujer, desde el jurado -cuatro de sus siete miembros los son- a las actrices, directoras y temáticas abordadas.

Deneuve compartió la última jornada a concurso con "Nugu-ui ttal-do anin Haewon" -"Nobody''s Daughter Haewon"-, otra incursión del celebrado cineasta coreano Hong Sangsoo en las redes del amor, en ese estilo aparentemente simple de Éric Rohmer.

Se centra en una hermosa chica soñadora, que se siente abandonada por todos -incluida su madre, que se va a Canadá-, que es amable con todos y que se deja cortejar fácilmente, lo que la hace ir sumando pretendientes.

Si Deneuve representa a una exMiss Bretaña desengañada que deja plantados a su anciana madre, restaurante y deudas, la linda Haewon podría ser la futura Miss Corea, opina su mamá en la despedida.

Ambos filmes cerraron el ciclo con más exponentes de retratos femeninos en un festival saturado de ellos, lo que podría afectar el ánimo del jurado, presidido por el realizador chino Wong Kar Wai.

De seguir las puntuaciones de la revista diaria del festival, "Screen", el Oso sería para Lelio, que además de juntar las preferencias de la crítica internacional y el público provocó un alud de pretendientes en el European Film Market.

El mismo "Screen" revelaba en su último número que la película chilena ha encontrado en ese mercado -que discurre paralelo al festival- distribuidor en EEUU, Reino Unido, Holanda, Francia, Alemania, Suiza, España, Grecia, Chipre, Brasil y Colombia.

El juicio soberano del equipo de Wong puede ignorar estas preferencias, ya que de un jurado se esperan criterios no siempre coincidentes con la mayoría o incluso afán de controversia.

Ha habido muchos personajes femeninos y a cargo de espléndidas actrices -de Juliette Binoche, al frente de "Camille Claudel", a la joven Pauline Étienne, de "La Religieuse", o la rumana Luminitja Gheorghis, otra fumadora empedernida, como Deneuve y García.

También hubo grandes revelaciones, como el debutante kazajo Emir Baigazin, que presentó el filme más bello e inquietante de la Berlinale, "Uroki Garmonii" ("Harmoni Lessons").

El iraní Jafar Panahi concursó con "Pardé", una película que burló la prohibición de hacer cine impuesta por Teherán y que para muchos no es cine, sino teatro filmado, pero con una carga política muy acorde con la línea de la Berlinale.

Se vio mucho cine del este de Europa, dramas gitanos -Danis Tanovic- y una sola representante del cine anfitrión -"Gold"- así como cine muy "made in USA" -Gus Van Sant y Steven Soderbergh-.

Y no compitieron cinematografías "clásicas" europeas -a excepción de Francia-, sean mediterráneas, escandinavas o británicas.

El director del festival, Dieter Kosslick, advirtió al abrir la Berlinale que los efectos de las crisis globales llegan a las pantallas de tres a cinco años después de azotar otros ámbitos.

La sequía de esas cinematografías puede entenderse como que el tsunami tocó tierra, al menos en lo que a la Berlinale se refiere.

Para alegrar los corazones y los flashes, la última jornada incorporó, a exhibición, de "The Croods", el filme de animación en 3D, cuyo estreno mundial trajo la "voz" de Nicolas Cage.