El presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, ganó las elecciones presidenciales del pasado jueves con cerca del 90% de los votos, lo que ha generado nuevas denuncias de fraude por parte de la oposición, mientras la comunicad internacional se muestra dividida.

En esta línea, los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) denunciaron irregularidades en el recuento e intimidaciones durante la votación, mientras que los de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) aseguran que los comicios fueron "abiertos y libres".

Según el balance ofrecido por la Comisión Central Electoral kirguís, Bakiyev obtendría el 85,4% de votos mientras que el líder opositor, Almazbek Atambayev, apenas un 7,5%, cuando se llevaba el 73% de los votos escrutados.

Los primeros datos a pie de urna ya daban una victoria al actual mandatario kirguís de entre el 67 y el 70% de los votos frente al 10% de Atambayev.

"Ofreceremos pruebas concretas que muestren que las elecciones han sido manipuladas", aseguró el líder opositor ante 2.000 seguidores que se concentraron a última hora del jueves para manifestarse debido a la presunta ilegalidad de los comicios.

"Vamos a instar a la comunidad internacional a que no reconozca la victoria de Bakiyev y que no reconozca su mandato", recalcó Atambayev, al tiempo que especuló con la posibilidad de aumentar durante los próximos días las acciones de protesta.