La celebración hoy del referéndum para consolidar al Gobierno interino de Kirguistán que encabeza Rosa Otunbayeva tiene lugar en las postrimerías de los incidentes más sangrientos en la ex república soviética, un violentísimo brote de violencia interétnica que ha dejado una cifra oficial de 264 muertos.

Las autoridades provisionales aseguraron que intentarán hacer todo lo posible para que las más de 100.000 familias que están regresando a sus hogares tras los enfrentamientos puedan participar en este plebiscito. Pero Amnistía Internacional denunció que podría tratarse de un "retorno forzado" para proporcionar una falsa sensación de calma, y que en muchas zonas del país, particularmente Osh y Jalalabad, foco de los enfrentamientos que comenzaron el pasado 11 de junio entre kirguises y uzbekos.

Rusia y EEUU aguardan el resultado del plebiscito. Ambos países se han implicado con Otunbayeba sin reconocer oficialmente su mandato provisional, pero esperan que estos gravísimos disturbios no afecten al resto de la región.