El ministro italiano de Interior, Roberto Maroni, advirtió ayer a los países de la Unión Europea (UE) de que o dejan entrar en su territorio a las decenas de miles de inmigrantes tunecinos a los que Italia ha concedido el permiso de residencia temporal o "hay que suspender Schengen", lo que, a su juicio, "significaría el fin de la UE".

"A los inmigrantes o les dejan entrar o se suspende Schengen", arguyó Maroni en respuesta a la oposición mostrada por algunos países europeos, entre ellos Francia y Alemania, a permitir la libre circulación de los inmigrantes que dispongan de los permisos de residencia temporal concedidos por Italia.

30.000 personas

La concesión de esos permisos se enmarca en el plan del Gobierno italiano para hacer frente a la ola migratoria que ha recibido el país desde principios de año, cuando se iniciaron las revueltas en el norte de África, y que ayer fue cifrada en cerca de 30.000 personas.

Mientras, la Liga Norte, socio de Gobierno de Silvio Berlusconi, apostó por boicotear la compra de productos franceses en Italia.