El opositor cubano Guillermo Fariñas inició hoy una nueva huelga de hambre para exigir justicia por la muerte de Juan Wilfredo Soto, que murió a primeros de mayo según la disidencia a causa de una paliza policial si bien el Gobierno y familiares del difunto han negado este extremo.

En conversación telefónica desde su casa de Santa Clara (centro) Fariñas confirmó que este mediodía inició una huelga de hambre y sed para exigir que el Gobierno de Raúl Castro "juzgue a los autores directos del homicidio" de Soto García.

"Coco" Fariñas también reclama a las autoridades cubanas que se comprometan públicamente a no golpear "como lo está haciendo actualmente" a los opositores que celebran actos públicos.

El disidente Juan Wilfredo Soto, de 46 años, feneció el pasado 8 de mayo en un hospital de Santa Clara y según la oposición interna cubana su muerte fue consecuencia de una paliza que dos días antes le propinó la policía.

El Gobierno de la isla, en una nota oficial divulgada al día siguiente de la muerte, negó agresión policial alguna contra Soto García, sostiene que éste tenía problemas de salud y que murió por un fallo multiorgánico originado por una pancreatitis aguda y denunció una "nueva campaña difamatoria" orquestada contra la revolución cubana.

Medios oficiales cubanos ofrecieron en días posteriores testimonios de la hermana y otros familiares de Soto rechazando que la policía hubiese golpeado a Juan Wilfredo y criticando que esa versión era un "invento de la propaganda contrarrevolucionaria".

Casi un mes después de la muerte de Soto, Fariñas -psicólogo y periodista independiente de 48 años- se ha declarado nuevamente en huelga de hambre, la vigésimo cuarta que realiza desde los años 90 para plantear diversas demandas y protestas al régimen cubano.

Su último ayuno, de más de cuatro meses, fue el que realizó del 24 de febrero al 8 de julio de 2010, para exigir la libertad de los presos políticos tras la muerte de Orlando Zapata a causa de un largo ayuno en la cárcel para exigir ser tratado como prisionero de conciencia.

Fariñas pasó la mayor parte de esa huelga hospitalizado en una unidad de terapia intensiva en un hospital de Santa Clara donde recibía medicación y alimentación por vía parenteral.

El disidente manifestó que le quedan secuelas de aquella huelga, en concreto una trombosis en la vena subclavia yugular y responsabilizó al Gobierno cubano de "cualquier desenlace fatal" que pueda tener la decisión de acometer esta protesta.

También precisó que la disidencia cubana prepara un expediente sobre la muerte de Wilfredo Soto para interponer una denuncia ante tribunales internacionales de derechos humanos.

El Parlamento Europeo distinguió a Guillermo Fariñas el año pasado con el Premio Sájarov a la libertad de conciencia que el disidente no pudo recoger porque las autoridades cubanas le negaron el permiso para salir del país.