El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó ayer a la zona euro a actuar de forma urgente para contener la crisis y alertó de "grandes consecuencias globales" si los problemas de los periféricos se extienden a países centrales de la región.

"Una intensificación de la crisis de la zona euro, sobre todo si la tensión se amplía a la zona central, podría tener grandes consecuencias globales", advirtió el Fondo, que publicó ayer su informe anual sobre la economía de la zona euro.

"Los retrasos en la resolución de las crisis podrían ser costosos para la zona euro y la economía global", insistió el FMI.

Para impedir un empeoramiento de la situación, que amenaza ahora con contagiar a Italia y España, el Fondo pidió que se implementen plenamente los programas de ajuste en Grecia, Portugal e Irlanda.

Esa implementación debe de ir acompañada de una financiación "adecuada" que respalde, dijo el Fondo, la viabilidad de la deuda y soluciones basadas en el sector privado para los problemas bancarios.

El consejo ejecutivo del FMI defendió, por lo demás, tras analizar las conclusiones del informe, que se mantengan las medidas de apoyo monetario todo el tiempo que sea necesario y que se amplíe el capital de los bancos más allá de los requisitos de Basilea III.

En ese sentido, Luc Everaert, responsable de políticas para la zona euro del FMI, señaló ayer en rueda de prensa telefónica que "la mayoría de los bancos deberían reforzar sus arcas de capital porque eso reforzaría la confianza en la capacidad para superar baches como este".