La provincia de Fukushima, noreste de Japón, una de las más devastadas por la tragedia del 11 de marzo y sede de la maltrecha planta origen de la crisis nuclear, inauguró hoy su ancestral festival de samuráis marcado por el recuerdo a las víctimas del mortal terremoto y tsunami.

El festival Soma-Nomaoi, reconocido como Bien Cultural, bucea en las raíces del Japón feudal del siglo X y rememora los ejercicios militares secretos de los guerreros samurái, con la participación de docenas de jinetes y viandantes ataviados con la vestimenta tradicional que desfilan y compiten en pruebas de habilidad.

Los organizadores oficiaron una ceremonia de apertura marcada por el luto y recuerdo a las víctimas del 11 de marzo, que ha mermado significativamente la presencia de turistas y el número de participantes, reducido a 80 jinetes de los casi 500 habituales de anteriores ediciones, anunció la agencia Kyodo.

Los responsables del festival anual, que concluirá el próximo lunes, se han visto obligados a cancelar la mayor parte de las actividades por encontrase cerca de la zona de evacuación decretada por el Gobierno debido a la alta radiactividad.

Uno de los principales actos, el Nomagake, en el que decenas de participantes vestidos de blanco persiguen y capturan con sus manos caballos salvajes como ofrenda a una deidad sintoísta, cambiará su localización habitual al estar en un radio de 20 kilómetros de la accidentada planta nuclear, declarada zona de exclusión, añadió Kyodo.

La provincia de Fukushima fue una de las más dañadas por el terremoto y posterior tsunami que azotó el noreste del país el pasado 11 de marzo y cuyo impacto se cuantifica, hasta el momento, en 15.605 muertos y 4.937 desaparecidos según los últimos datos policiales.

La provincia alberga la central de Fukushima Daiichi, seriamente dañada por las olas de hasta 15 metros del tsunami, que desencadenó la peor catástrofe nuclear de los últimos 25 años.

La operadora de la central, TEPCO, espera tener controlada la crisis nuclear en enero de 2012.