Con su reputación en juego, 5.500 agentes de la policía vigilaron ayer en Londres el arranque del carnaval de Notting Hill, que transcurrió "de forma pacífica" ante el temor de que se produjeran nuevos disturbios en la concurrida celebración callejera.

Scotland Yard desplegó un dispositivo de seguridad sin precedentes para evitar que este evento anual se viera empañado por altercados violentos como los producidos en la capital entre el 6 y el 8 de agosto, por los que más de 2.000 personas han sido detenidas hasta la fecha.

Un portavoz de la Policía Metropolitana (Met) dijo a Efe que el día se desarrolló con tranquilidad y que la situación estuvo "controlada", sin que se registraran incidentes destacables.

No obstante, entre las 05:00 y las 13:00 horas GMT, los agentes efectuaron cuatro detenciones en la zona, mientras que por la tarde otras cuatro personas fueron arrestadas, 7 por delitos relacionados con drogas y una octava por desorden público, según esta fuente.

Mantener la seguridad de los asistentes al carnaval, en el que miles de londinenses y turistas festejan el espíritu multicultural de Londres, es el objetivo primordial fijado por la policía, autorizada en esta ocasión a registrar en cualquier momento a individuos considerados "sospechosos" de posesión de armas.

El meticuloso operativo de seguridad ha sido puesto a punto después de que la gestión de Scotland Yard fuera cuestionada por el Ejecutivo de David Cameron, que consideró equivocada su primera reacción nada más estallar la ola de violencia callejera iniciada en Londres en el 6 de agosto.

Entonces, se criticó que la policía llegara a perder el control en varios puntos de la capital, donde ardieron edificios enteros de barrios como Croydon o Ealing y grupos de jóvenes saquearon comercios y destruyeron vehículos, hasta que tres días después, la Met blindara las calles con un despliegue de 16.000 agentes.

Frente a los reproches, Scotland Yard defendió su papel ante la magnitud de los peores altercados ocurridos en décadas en Londres, que hasta la fecha se han saldado con 2.082 arrestos (1.638 de adultos y de 444 menores) y 1.191 personas acusadas formalmente (937 adultos y 254 menores), según los últimos datos divulgados ayer.

El miedo a otro brote de violencia provocó que 5.500 agentes vigilaran ayer con atención las inmediaciones de Notting Hill, lugar de celebración de las fiestas del Carnaval en la capital londinense.