El presidente de Cuba, Raúl Castro, reafirmó hoy ante la Asamblea Nacional la "invariable voluntad" de introducir "paulatinamente" cambios en la restrictiva política migratoria del país pero no ofreció mayores detalles ni concretó plazos.

"Reafirmo la invariable voluntad de introducir, paulatinamente, los cambios requeridos en esta compleja temática, sin dejar de valorar en toda su integralidad los efectos favorables y desfavorables de cada paso que demos", dijo el general Castro.

La Asamblea cubana (parlamento unicameral) celebró hoy su segundo y último pleno del año, marcado por la expectativa de que el presidente cubano anunciara detalles sobre la "actualización" y "flexibilización" de la política migratoria de la que habló en la sesión parlamentaria de agosto.

A ese clima de expectación pareció aludir Castro al decir: "no han faltado las exhortaciones bien y mal intencionadas para que apresuremos el paso y nos pretendan imponer la secuencia y alcance de las medidas a adoptar, como si se tratara de algo insignificante y no del destino de la Revolución y la Patria".

A quienes consideran urgente que haya cambios en la política migratoria les llamó a no olvidar "las circunstancias excepcionales en que vive Cuba bajo el cerco que entraña la política injerencista y subversiva del gobierno de Estados Unidos, siempre a la caza de cualquier oportunidad para conseguir sus conocidos propósitos".

En los últimos cincuenta años, las regulaciones migratorias para los cubanos se han caracterizado por un conjunto de sucesivas normas draconianas tanto para salir del país como para permanecer en el extranjero y regresar a la isla.

Poder viajar al exterior o regresar sin problemas en el caso de emigrados es uno de los principales anhelos de muchos cubanos que esperan ahora que se eliminen trámites como el obligatorio permiso de salida o "tarjeta blanca", o la preceptiva carta de invitación que se requiere para salir del país por asuntos personales, entre otros requisitos.

Uno de los conflictos fundamentales del tema migratorio está relacionado con el enfrentamiento que mantienen los gobiernos de Washington y La Habana hace 50 años, y la Ley de Ajuste que Estados Unidos aplica a Cuba desde 1966.