Los ataques al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, por parte del sector más próximo al líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, centran la escasa campaña para la segunda vuelta de las legislativas que se celebrará el 4 de mayo en la República Islámica de Irán.

Los ultraconservadores "principalistas" del círculo de Jamenei, que apoyaron en 2009 la reelección de Ahmadineyad, convertidos ahora en sus mayores detractores, son prácticamente los únicos cuya campaña es visible de cara a la votación del viernes próximo, en la que se elegirán los 65 diputados que faltan de los 290 de la Cámara.

Tanto en propaganda callejera, como en reducidos actos proselitistas y en mensajes de móvil, son los principalistas los que hacen campaña, con ataques a los seguidores de Ahmadineyad por su presunto "desviacionismo" religioso y su política económica.

En Teherán, a tres días de los comicios, se pueden observar casi exclusivamente, y muy dispersos, carteles con las fotos y nombres de los 25 candidatos en la capital del Frente Principalista Unido, veinte hombres y cinco mujeres muy próximos a Jamenei de una agrupación que pretende dominar la Cámara.

Según datos elaborados por medios locales, en un país donde la elección es individual y la adscripción a listas y agrupaciones sólo indicativa, los principalistas lograron en la primera vuelta, en la que se eligieron 225 diputados, casi un 80 % de los escaños y 104 fueron para el Frente Principalista Unido.

Alrededor de 75 escaños obtuvieron otras listas de la misma ideología ultraconservadora, como el Frente Islámico Revolucionario de la Resistencia, que ha sido contundente en sus ataques al entorno de Ahmadineyad, al que acusan de desviacionismo y de poner en duda la primacía religiosa del régimen teocrático iraní.

En materia económica, el ataque a Ahmadineyad lo representa, entre otros, Gholam Reza Mesbahi Mogadam, clérigo principalista jefe de la Comisión Económica del Parlamento, quien dijo que los planes del Gobierno pueden ocasionar una fuerte inflación y desequilibrar el país al "aumentar la demanda sin incrementar los suministros".

En el frente político y religioso, el ayatolá Mesbah Yazdi, miembro destacado de la poderosa Asamblea de Expertos, dijo que "los desviacionistas son mucho más peligrosos que los ''sediciosos'' (denominación que dan a los reformistas islámicos, marginados de estas elecciones)", en un ataque rotundo y directo a Ahmadineyad.

Los reformistas islámicos han quedado prácticamente marginados en estas elecciones, después de la violenta represión de las protestas por las denuncias de fraude en las presidenciales de 2009, que ganó Ahmadineyad según los resultados oficiales.

Tras decenas de muertos en la represión, con miles de encarcelados y sus principales líderes, Mehdi Karrubi y Mir Husein Musavi, en arresto domiciliario e incomunicados, casi todos los reformistas islámicos, agrupados en el Movimiento Verde, han boicoteado los comicios.

Con la oposición no islámica proscrita, los reformistas excluidos y el sector de Ahmadineyad escasamente representado, la próxima Cámara será la más restringida en su representación desde la creación de la República Islámica en 1979, con un régimen cada vez más encastillado alrededor del poder religioso de Jamenei.

El próximo viernes, la segunda vuelta de las legislativas se celebrará en 33 circunscripciones de 18 provincias, de las 31 que tiene Irán, con 14.323 centros de votación para elegir, entre 130 candidatos, a 65 diputados.

De estos puestos, 25 se eligen en Teherán, donde sólo 5 de los 30 diputados que corresponden a esta circunscripción obtuvieron el 25 % de votos necesarios para conseguir el escaño en la primera vuelta.

La campaña electoral, que hasta ahora ha resultado anodina, acabará a las ocho de la mañana del jueves próximo, 24 horas antes de la apertura de los colegios electorales, que se deben cerrar a las seis de la tarde, aunque las autoridades pueden prolongar la jornada.

Una vez que se realice el escrutinio, los resultados oficiales han de ser ratificados por el Consejo de Guardianes de la Revolución, poderoso organismo religioso que supervisa la vida política del país, y unas tres semanas después de las votaciones está previsto que se constituya el nuevo Parlamento.