El resultado de la elección presidencial francesa puede marcar un giro considerable a la política económica de la Unión Europea (UE), en la que el cambio de políticas económicas que promueve el favorito en las encuestas -el socialista François Hollande- está comenzando a calar en las últimas semanas.

El cambio de enfoque de una política centrada en la austeridad y el saneamiento de las cuentas públicas para orientarla hacia el crecimiento y el empleo, aunque sin alegrías en el gasto público, se está haciendo poco a poco cada vez más palpable en la UE.

Otras propuestas más "belicosas" de Hollande, como renegociar el pacto fiscal firmado en marzo por 25 países comunitarios, están siendo cada vez más matizadas, mientras que en su petición de que el BCE intervenga más en apoyo del crecimiento coincide con el actual presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Si gana Sarkozy, en Bruselas ya saben qué pueden esperar de él, pero si el vencedor es Hollande, la elección francesa del domingo "puede dar un giro importante" en la discusión en la UE sobre economía y fronteras, una cuestión que el presidente en funciones ha agitado de forma creciente en los últimos meses, señaló una fuente diplomática.

En primer lugar, los datos divulgados el 23 de abril por Eurostat muestran que Francia está mejor de lo que se pensaba y que le costará menos de lo previsto llegar al umbral del déficit 3 % del PIB, tras cerrar 2011 en el 5,2 %.

Sin embargo, Hollande ya ha advertido de que se tomará tranquilamente llegar al déficit cero, lo que espera lograr en 2017, es decir al final de su eventual mandato.

Y en segundo lugar, en Bruselas se confía en que por fin se está produciendo el tan esperado cambio de ciclo económico, lo que debería permitir el inicio de unas políticas diferentes, de las que Hollande podría ser un abanderado en la UE, señala la fuente diplomática.

Aún así, tampoco se esperan grandes cambios de la noche a la mañana. Como dice Marco Incerti, un analista del Cetro Europeo de Estudios Políticos (CEPS por sus siglas en inglés), el margen para las alegrías fiscales es mínimo y "nadie sabe cuál es la receta para el crecimiento".

Como dijo el jueves el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la consolidación presupuestaria "es inevitable" pero hay que "preservar las inversiones que generan crecimiento", en sectores como educación, energía e innovación. Como dice Incerti, se busca "la cuadratura del círculo".

Una posibilidad -explica- es buscar "un pequeño margen de maniobra" en las inversiones públicas en innovación o infraestructuras, combinado con que los países con superávit presupuestario (básicamente Alemania) promuevan políticas de gasto público y de fomento del consumo interno, lo que ayudaría sin duda a los países comunitarios en apuros.

Alemania, el principal foco de fomento de la austeridad, está comenzando también a repensar algunas de sus políticas previas, eso sí, muy ligeramente, y varios expertos citan el previsible aumento generoso salarial en el sector público germano para este año.

El Gobierno de Angela Merkel "está girando hacia esa vía, poco a poco, pero sin renunciar a la austeridad", explica la fuente diplomática europea.

Como señala Incerti, Merkel "es todavía muy reticente a abrir la mano. Está convencida de que es demasiado pronto".

Por ello, la fuente europea considera que una victoria del candidato socialista acabaría beneficiando a término a España y al Gobierno de Mariano Rajoy.

De lo que no cabe duda en Bruselas es de que una posible llegada de Hollande al Elíseo tendrá consecuencias en la "gestión" de la Unión, en la que se reduciría la impresión de que Berlín y París intentan acordar las decisiones económicas para llevarlas a las cumbres de Bruselas para su aprobación por los Veintisiete.

"Debe haber más colegialidad en las decisiones", resume Incerti.

En resumen, el giro económico que promueve Hollande "no es conflictivo, porque la UE ya se está preparando para ello", señala la fuente comunitaria.

Para el analista del CEPS, el posible triunfo del candidato socialista francés no cambiará nada por sí mismo, "puesto que la UE ya ha cambiado en las últimas semanas", pero sí marcaría un momento muy simbólico de giro en el conjunto de la Unión.

La votación del domingo permitirá también que la UE cierre el paquete de nombramientos que ha aparcado durante la campaña (nuevos presidente del Eurogrupo, miembro del consejo del BCE y presidente del fondo permanente de rescate), y que se anuncie una cumbre extraordinaria para discutir el crecimiento.

Ambas cosas podrían anunciarse incluso este lunes, según recalcaron fuentes comunitarias.