El jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Vladimir Padrino, ha anunciado este domingo que 97 miembros de la FANB y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) están siendo investigados por el Ministerio Público "por tratos crueles y torturas".

Padrino, que ha afirmado que existe una "campaña mediática" en las redes sociales contra ambos organismos, ha destacado que, del total de 22.000 efectivos que operan en el país, "esta cifra sólo representa el 0,4 por ciento".

"Ningún funcionario ha recibido instrucción de maltratar, torturar y muchos menos de acabar con la vida de nadie", ha dicho, antes de recalcar que "es imposible" que se tilde a los agentes de "represores".

Así, ha apuntado que la FANB "actúa con apego a la Constitución" y que "cuenta con moral, principios, coraje y conciencia patriótica", según ha informado la cadena de televisión Venevisión.

Por último, Padrino ha expresado su negativa a militarizar el país y ha reiterado que los agentes de la FANB ""se declaran protectores del pueblo, pero también de los Derechos Humanos y la paz".

La crisis política en el país iberoamericano estalló el pasado 12 de febrero, cuando arrancaron las protestas antigubernamentales y la represión de las mismas por parte de las fuerzas de seguridad y de civiles armados. Por el momento han fallecido 41 personas, según el balance oficial.

Desde entonces, opositores y oficialistas han marchado a diario para repudiar las acciones del contrario y llamar a un diálogo que aún no se ha producido porque la oposición exige antes la liberación de los detenidos, el desarme de los grupos pro gubernamentales y el fin de la represión.

La inestabilidad de Venezuela ha llevado a sus vecinos regionales a reunirse para buscar una solución. La Organización de Estados Americanos (OEA) se ha limitado a hacer un llamamiento al diálogo, a pesar de que Panamá había solicitado medidas efectivas, lo que ha llevado a Venezuela a romper las relaciones bilaterales.

La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) fue un paso más allá, expresando su respaldo al Gobierno de Maduro y anunciando la creación de una comisión conformada por los ministros de Exteriores del bloque regional para acompañar el diálogo en el marco de la Conferencia Nacional por la Paz.

Gracias a la mediación de UNASUR, las partes aceptaron negociar bajo el auspicio de un "testigo de buena fe": el Vaticano. Ayer mantuvieron su primer encuentro y se espera que se vuelvan a reunir el próximo martes.