El disidente y artista chino Ai Weiwei comienza una nueva etapa como profesor en Berlín, donde explicó hoy que en el arte es importante "la actitud", es decir, la manera de entender la vida, y también "las habilidades". "No alentaré a ninguno de mis alumnos a ser como yo", afirmó.

En una rueda de prensa antes de empezar a ejercer como profesor invitado de la Universidad de las Artes (UdK), Ai dejó claro que no presionará a sus estudiantes con cuestiones como los Derechos Humanos o la política, aunque estos temas formen parte de él, pues cada persona tiene derecho a decidir cuáles son sus principios.

Entre los temas que abordará con sus futuros alumnos, señaló el de los refugiados, aunque precisó que no lo hará necesariamente desde la perspectiva actual, sino como un fenómeno que forma parte de la historia de la Humanidad.

La idea no es convertir a cada estudiante en "un voluntario" que ayude a los refugiados, sino que entiendan mejor la realidad, que esta influya en su obra y que sean conscientes de su capacidad de analizar estos temas a través de su arte.

Su intención es aproximarse a este tema a través de la moda, los medios, la fotografía, la filosofía y la estética.

El artista se mostró entusiasmado con la idea de impartir clases en la Universidad de las Artes como profesor invitado, cargo financiado por la Fundación Einstein, y aseguró que será exigente con sus alumnos, con los que espera construir una relación de aprendizaje mutuo.

Su trabajo comenzó, en realidad, este mes con la selección de 16 estudiantes de entre más de cien candidatos de las diversas facultades.

Entre los seleccionados hay personas que entienden algo de medios, de diseños y de moda, pero también quien sabe conducir de noche, quien sabe cocinar y quien ha trabajado como voluntario con refugiados, bromeó.

En definitiva, "hay que imaginárselo un poco como en las películas de gángsters, donde un pequeño grupo se forma para atracar un banco".

"Nunca he sentido tanta libertad creativa como aquí", añadió el artista, quien explicó que con anterioridad sólo había vivido en Pekín y Nueva York y que la capital alemana se encuentra, en su percepción, a medio camino entre ambas.

Durante su estancia de tres años como profesor invitado en Berlín, tiene previsto continuar viajando a China, siempre y cuando le sigan dejando entrar y salir, algo sobre lo que no tiene ningún control, recordó.

El arista y activista, que en agosto pasado viajó por primera vez al extranjero tras varios años de prohibición de abandonar el país, fue detenido por las autoridades chinas en 2011 y pasó 81 días encarcelado mientras era investigado por un presunto delito de fraude fiscal.

Fue durante su detención cuando la Universidad de las Artes berlinesa le ofreció la plaza de profesor invitado, noticia que recibió con "una señal muy importante", señaló.