El magnate Donald Trump volverá a dominar casi con toda seguridad el debate televisado de mañana jueves entre los aspirantes republicanos a la Presidencia de EEUU, esta vez por su anunciada ausencia debido a su enfrentamiento con la cadena conservadora Fox y una de sus presentadoras.

Será el último debate republicano antes de los caucus (asambleas populares) de Iowa del 1 de febrero, que dan inicio al proceso de primarias de los partidos para elegir a sus candidatos a la Casa Blanca, y Trump ha vuelto a dar un golpe de efecto a la contienda con el anuncio de que no participará.

"Veamos cuánto dinero gana Fox sin mí en el debate", dijo Trump ayer martes durante una rueda de prensa en Marshalltown (Iowa), al denunciar el trato "injusto" y "sesgado" que, a su juicio, ha recibido de esa cadena y, en particular, de una de sus presentadoras estrella, Megyn Kelly.

Trump pidió a Fox que Kelly no fuera una de las moderadoras del debate programado para este jueves en Des Moines, algo a lo que la cadena se negó.

El jefe de campaña de Trump, Corey Lewandowski, aseguró hoy en una entrevista con la cadena ABC que no se trata de que el magnate tenga "miedo" a debatir, como afirman algunos de sus rivales, sino que con la presencia como moderadora de Kelly "es imposible" que el evento sea "justo y honesto".

Lewandowski, quien acusó a la presentadora de Fox de estar "obsesionada" con Trump, sostuvo también que no cree que su jefe cambie de opinión y decida en el último momento asistir al debate.

"No veo la manera de que Fox tenga un debate exitoso cuando el claro favorito republicano ha decidido no participar porque no puede recibir un trato justo", anticipó el jefe de campaña de Trump en otra entrevista concedida a la cadena MSNBC.

El enfrentamiento entre Kelly y Trump se remonta al primer debate televisado entre los aspirantes republicanos, celebrado en agosto pasado y en el que la presentadora hizo preguntas duras e incisivas al magnate, entre ellas una sobre sus declaraciones ofensivas hacia las mujeres.

Al día siguiente, en una entrevista con CNN, Trump criticó la dureza de la periodista, de quien dijo que "le salía sangre de los ojos" y de "donde quiera que sea".

Interpretado como una insinuación de que Kelly fue dura con él porque tenía la menstruación, ese comentario le valió a Trump las críticas de muchos de sus rivales por la nominación republicana y, además, fue vetado de una importante reunión conservadora en Atlanta en la que había sido invitado a intervenir.

Desde entonces, Trump ha seguido cuestionando y criticando a la presentadora a través de su cuenta de Twitter, y también protagonizó un boicot contra la Fox en septiembre, negándose a aparecer en sus programas, aunque duró menos de una semana.

"Rechazo llamar rubia tonta a Megyn Kelly, porque no sería políticamente correcto. En su lugar, la llamaré reportera insustancial", escribió Trump en su último tuit dirigido a la presentadora y publicado hace solo unas horas.

Trump encabeza las encuestas de intención de voto republicano a nivel nacional y también encabeza los sondeos de cara a los caucus de Iowa, aunque seguido muy de cerca por el senador Ted Cruz.

Tras conocer la decisión de Trump de no asistir al debate de este jueves, Cruz retó ayer a su rival a un "mano a mano" con él.

Por su parte, el senador y también aspirante presidencial Marco Rubio criticó hoy en un comunicado tanto a Trump como a Cruz por su "actitud teatral" y añadió: "No tenemos tiempo para esta clase de distracciones".

Mientras Trump ha dicho que prevé encabezar el jueves un acto con excombatientes, mientras en el debate principal de la Fox en horario de máxima audiencia estarán Cruz, Rubio, el neurocirujano retirano Ben Carson, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el exgobernador de Florida Jeb Bush, el gobernador de Ohio, John Kasich, y el senador Rand Paul.

En el otro debate, que se celebrará dos horas antes, participarán los cuatro aspirantes restantes: Carly Fiorina, Mike Huckabee, Rick Santorum y Jim Gilmore.