Al menos cinco personas murieron y 39 más resultaron heridas en los combates librados en las últimas horas en el oeste de la ciudad de Sirte, bastión de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico, informaron hoy fuentes de seguridad en la vecina localidad de Misrata.

Según su relato, los muertos y los heridos, uno de ellos grave, han sido trasladados al hospital de la ciudad de Misrata, zona donde se concentra el grueso de las fuerzas leales al llamado gobierno de unidad en Trípoli que pretende asaltar Trípoli.

Se ignora la filiación de las víctimas.

No obstante, de acuerdo con la misma fuente, en los enfrentamientos armados habrían muerto también al menos una docena de yihadistas, víctimas de un ataque aéreo contra posiciones en la zona que separa Sirte de Misrata.

En su huida los fanáticos abandonaron ametralladores NBK, lanzagranadas RPG, grandes cantidades de munición y varios coches, agregó.

Los combates coincidieron con la aparición de informaciones que apuntan a que Estados Unidos estaría valorando la posibilidad de levantar el embargo de armas a Libia, tal y como pidió días atrás el jefe el gobierno de unidad y del Consejo Presidencial designado por la ONU que lo nombró, Fayez al Serraj.

El fin del embargo es también una antigua reivindicación del general Jalifa Hafter, jefe del Ejército libio leal al Parlamento de Tobruk, opuesto al gobierno de Trípoli, y que igualmente trata de conquistar desde el este la ciudad en la que nació y murió el derrocado dictador Muamar al Gadafi.

El denominado gobierno de unidad anunció a finales de abril que prepara una ofensiva para liberar Sirte, bajo control yihadista desde junio de 2015, e instó a todas las fuerzas del país a aparcar sus diferencias y sumarse a la misma sin buscar beneficios políticos propios.

Sin embargo, la decisión adoptada esta semana del antiguo gobierno rebelde en Trípoli de establecer su propio centro de mando militar ha añadido más confusión a la ofensiva que nadie sabe cuando podría comenzar.

Con el anuncio del gabinete liderado por Jalifa Ghwell son ahora tres los "centros de operaciones" que se preparan de forma descoordinada para el supuesto asalto de la ciudad, de la que varios miles de civiles han huido en los últimos días.

Los expertos advierten que la falta de coordinación y los intereses divergentes de los grupos, especialmente de Hafter, amenazan con hacer fracasar la ofensiva y con abrir un nuevo episodio en la actual guerra civil libia.

La descoordinación también favorece a los yihadistas, que ya han comenzado a lanzar ataques en el frente oeste y a buscar aliados en el este, donde han prometido a las tribus una amnistía general si se suman a su causa.

Los yihadistas han logrado en los últimos día avances territoriales en la carretera que une Sirte con Misrata y han avisado de que su objetivo es celebrar en esa ciudad el mes de ayuno islámico o Ramadán, que comienza a principios de junio.