El partido liberal VVD del primer ministro holandés, Mark Rutte, ha ganado las elecciones generales celebradas el miércoles en Holanda al lograr 32 escaños, según los resultados oficiales con más del 77 % de los votos escrutados.

El Partido Por la Libertad (PVV) del ultraderechista Geert Wilders ha obtenido 19 escaños, empatado en la segunda posición con los democristianos de la CDA y los centristas de D66.

Los resultados oficiales desmienten lo apuntado en los últimos meses por distintos sondeos que situaban al PVV de Wilders como la fuerza más votada.

Rutte, líder de la formación liberal de derechas VVD, pierde nueve escaños, mientras que Wilders obtiene cuatro más que los conseguidos en las anterioresñelecciones.

Esta merma en los resultados, según explicaron varios analistas a Efe, es atribuible a la impopularidad de las medidas de austeridad impuestas por Rutte en los últimos años.

Los grandes perdedores de estasñeleccionesñson los laboristas del PvdA, que forman parte de la coalición que gobierna en la actualidad junto con el VVD, que se dejan hasta 29 escaños y se quedan con tan solo 9 diputados.

Los grandes beneficiados de estasñeleccionesñson los verdes de GroenLinks, un partido que hasta hora tenía tan solo cuatro diputados, pero que en estasñeleccionesñsube hasta los 15.

El partido antirracista DENK entraría por primera vez en el Parlamento con una representación de tres diputados.

Los líderes de la mayoría de los partidos políticos organizaron eventos anoche para seguir los resultados electorales junto a sus miembros y seguidores.

Sin embargo, Wilders se quedó encerrado la mayor parte de la noche en su oficina del Parlamento a la espera de los resultados oficiales, y salió pasadas la 01.00 hora local (00.00 GMT) para reconocer su derrota.

La participación ha aumentado bastante en estos comicios, con un 82 % frente al 74,6 % de las elecciones precedentes.ñ

Rutte celebró en un discurso en La Haya haber derrotado al "populismo equivocado" del ultraderechista Geert Wilders.

"ÑQué noche! Pedimos que se le parara. Paradlo. Hemos parado el populismo equivocado", aplaudió el candidato del VVD.

Un eufórico Rutte mostró su deseo de "volver a unir Holanda" y, en referencia al ultraderechista y eurófobo Geert Wilders, aseguró que el país "sigue siendo proeuropeo".

"En una campaña, es inevitable que salgan a la luz las diferencias, pero ahora es importante unir de nuevo al país y formar un Gobierno estable para los próximos cuatro años", dijo el primer ministro en su primera comparecencia tras conocerse los sondeos a pie de urna.

Wilders reconoció su derrota, aunque se declaró "ganador de cuatro escaños más" que en las pasadas elecciones.

El político neerlandés llegó a exigir "un puesto en la futura coalición" de Gobierno, si bien la mayoría de partidos han descartado durante la campaña incluirlo en un hipotético Ejecutivo.

"Esto es una primavera patriótica. Yo soy un luchador y no un populista. Nuestra influencia es grande", añadió el líder del Partido de la Libertad (PVV).

Agregó que prefiere gobernar, pero señaló que está "dispuesto a hacer una fuerte oposición" en Holanda.

La jornada electoral se desarrolló sin grandes incidentes, aunque algunos centros de votación tuvieron que recurrir a cabinas adicionales ante la gran afluencia de votantes.

Además, varias páginas web como Kieskompas, Prodemos o Stemwijzer, que publican información detallada sobre los programas políticos y ofrecen a los votantes someterse a un test online para elegir a su partido, fueron blanco de ataques cibernéticos a lo largo de la jornada.

La agencia neerlandesa ANP informó de que las páginas quedaron afectadas por los ataques DDoS, que envían al mismo tiempo múltiples solicitudes de información para sobrecargar y desconectar las webs.

El Centro Nacional de Seguridad Cibernético (CNSC), junto con numerosos técnicos especialistas, trataron de detener los ataques que, según ANP, procedían del extranjero.

El recuento de los votos en estasñeleccionesñse está llevando a cabo manualmente debido al miedo de las autoridades a un intento de países terceros, en particular Rusia, de influir en los resultados electorales.