Miles de europeos, partidarios y detractores de la Unión Europea (UE), se manifestaron hoy en Roma en la jornada en la que los Veintisiete, ya sin el Reino Unido, conmemoraron el 60 aniversario del Tratado de Roma, que dio origen a la Europa comunitaria.

Los líderes europeos celebraron esta cita en el Campidoglio, sede del ayuntamiento romano, mientras en las calles se organizaron seis manifestaciones, dos a favor y cuatro en contra del proyecto europeo.

Las concentraciones tuvieron lugar en distintos puntos de la capital y no pudieron acceder al centro, donde se celebró la cumbre, blindado por la amenaza terrorista y el temor a disturbios.

Una de las manifestaciones más multitudinarias fue la "Marcha por Europa" que reunió a unas 5.000 personas, según los organizadores, bajo una idea común: la defensa de una UE más solidaria y más unida en la gestión del drama migratorio, la lucha contra el terrorismo o las desigualdades sociales.

En la marcha participó la eurodiputada de UPyD, Maite Pagazaurtundúa que, junto al portavoz del partido, Cristiano Brown, defendió la unidad frente a los nacionalismos.

"Los populistas nos pueden llevar a la catástrofe (...). Tenemos que decírselo a la gente, no tenemos 60 años de paz por casualidad, es porque hemos trabajado juntos. Si nos disgregamos no tendremos paz ni bienestar en un mundo globalizado. El nacionalismo es la gran peste del siglo XXI", dijo la eurodiputada española.

En la misma línea se mostró la vicepresidenta de la asociación Federalistes d''Esquerres, Mireia Esteva, que valoró que la UE precisa de la colaboración de todos para afrontar "los grandes problemas que tiene en estos momentos la humanidad".

"Pensemos en los refugiados, en las guerras, en la trata de personas, en los paraísos fiscales. (...) Solo poniéndonos todos de acuerdo conseguiremos erradicar los grandes temas que nos preocupan en este momento", destacó.

Jóvenes y mayores, italianos, pero también alemanes, británicos, españoles, noruegos, griegos y ciudadanos de otras nacionalidades europeas avanzaron por las calles romanas, arropados por banderas y pancartas con mensajes en favor del proyecto comunitario.

Fue el caso de Gordon, británico residente en Italia desde hace 15 años, que juzgó que la salida del Reino Unido de la UE "es una muy mala idea a largo plazo" porque solo unidos, y no aislados, será posible "evitar futuras guerras".

Proeuropeo también se definió el ateniense Nikos Yanis que dijo que solo una Europa unida evitará futuros conflictos bélicos en el continente.

El alemán Peter Osten, de 71 años, consideró que "no hay que destruir la UE, sino hacerla más democrática", y las italianas Bárbara y Luciana llamaron a los europeos a mostrar su "voluntad de permanecer unidos" para impedir el avance de los populismos que "son un fenómeno generalizado".

Esta concentración a favor del club comunitario se celebró de forma paralela a otras cuatro protestas contra la UE.

Una de ellas fue la organizada por la plataforma "StopEuro", en la que se esperaba la asistencia de unas 8.000 personas, aunque finalmente los congregados fueron menos, si bien aún no hay cifras oficiales.

Los organizadores denunciaron que las fuerzas de seguridad habían retenido varios autobuses con manifestantes a bordo, impidiéndoles llegar al punto de encuentro acordado.

"Han sido retenidas cerca de 150 personas que venían a protestar pacíficamente. Han sido trasladados a un centro de identificación, uno de los motivos por los que no nos gusta esta Europa", dijo Giampietro Giovanni, del sindicato Unicobas.

Sí pudieron asistir, por ejemplo, la ciudadana rumana Ana Lung, que opinó que las autoridades europeas "son unos ladrones", y Emanuele Lepore, del partido "Comité de Apoyo a la Resistencia Comunista" (CARC), que resumió las reivindicaciones de la jornada con un simple "No UE, no OTAN y no euro".

La manifestación estuvo envuelta en potentes medidas de seguridad, con numerosos policías y antidisturbios y helicópteros custodiando el recorrido para evitar posibles disturbios; además, se retiraron los contenedores de basuras en la zona.

Los controles se intensificaron notablemente en la plaza de Testaccio, donde numerosos camiones de Policía y Carabineros permanecían aparcados y con los agentes listos para intervenir en caso de problemas.

Durante la jornada, ONG como Save The Children, Amnistía Internacional y Médicos sin Fronteras aprovecharon para centrar la atención en el drama migratorio y colocaron una balsa con la bandera de la UE en el río Tíber, donde simularon un naufragio de inmigrantes.

Además, se colocaron a las orillas del río romano lo que parecían los cuerpos cubiertos por sábanas de la víctimas de un hundimiento en el Mediterráneo, chalecos salvavidas lanzados al agua y una gran jaula que simbolizaba los centros donde se encierra a los inmigrantes en Libia.