La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) inició hoy en Manila una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno dedicada a la integración económica, las disputas territoriales y la lucha contra el narcotráfico.

"Tenemos la esperanza de emerger política y económicamente más fuertes", dijo el presidente filipino, Rodrigo Duterte, en el discurso inaugural.

Filipinas ocupa este año la presidencia rotatoria de la organización, de la que también forman parte Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Bajo el lema "Asociación para el cambio, participación con el mundo", la cumbre es la primera de las dos que cada año lleva a cabo esta organización, que celebra el 50 aniversario de su fundación.

Duterte invitó al resto de dirigentes a "avanzar en la cooperación regional permaneciendo honestos, firmes y resolutivos en nuestros procesos de integración, innovación, inclusividad y conectividad".

Asimismo, apostó por "integrar nuestra región en la economía global" en un momento en que los países miembros exploran nuevas posibilidades de integración económica y comercial.

Se espera que los líderes del bloque aborden las posibilidades de redactar un amplio tratado de libre comercio que incluya entre otros a China, Japón e India tras la retirada de EEUU del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, siglas en inglés).

La ASEAN conforma un bloque de 625 millones de habitantes que aspira a elevar su PIB conjunto hasta los 4,7 billones de dólares en 2020 y convertirse en la cuarta potencia económica del mundo en 15 años.

Los protagonistas de la cumbre también abordarán las disputas territoriales en el mar del Sur de China que varios países (Brunei, Filipinas, Taiwán, Malasia y Vietnam) mantienen con Pekín, lo que se reflejará en la resolución presidencial de hoy.

Duterte omitió referirse directamente a este asunto en su discurso tras adelantar los pasados días que omitirá la disputa territorial que Filipinas mantiene con China, en un momento en que Manila busca apoyos políticos y económicos de Pekín.

El presidente filipino, que inició en julio del año pasado una polémica campaña antidroga que ha dejado más de 7.000 muertes, también instó a los líderes del Sudeste Asiático a cooperar en la lucha contra el narcotráfico.

"Debemos ser resolutivos a la hora de lograr una ASEAN libre de drogas", afirmó Duterte, tras asegurar que "con voluntad y cooperación política el aparato de las drogas puede ser desmantelado y destruido antes de que destruya a nuestras sociedades".

Unos 2.000 delegados participan en la cumbre de Manila, cuya agenda de trabajo comenzó el miércoles con un total de 139 reuniones.

La próxima cumbre se celebrará en noviembre, también en Filipinas, y contará con la presencia de los presidentes de China, Corea del Sur y EEUU y los primeros ministros de Australia, India y Japón.

Filipinas acoge esta cumbre con un fuerte despliegue de seguridad en el que participan 41.000 policías y soldados e incluye el corte de carreteras y restricciones en la navegación y el espacio aéreo.