La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), junto con los Gobiernos de Tanzania y Burundi, anunciaron hoy que a partir del 7 de septiembre comenzarán a repatriar a aquellos burundeses refugiados en Tanzania que quieren volver a su país.

La representante de ACNUR en Tanzania, Chansa Kapaya, informó de que los refugiados que voluntariamente han aceptado regresar a Burundi lo harán en varias tandas hasta el próximo 31 de diciembre.

Kapaya hizo este anuncio en la XIX Reunión de la Comisión Tripartita para la Repatriación Voluntaria de los Refugiados Burundeses.

Al menos 12.000 refugiados burundeses que residen en tres campamentos de Tanzania habrían aceptado voluntariamente regresar a su país, según se indicó en la reunión de hoy, a la que asistieron miembros de la ONU, el ministro del Interior de Burundi, Pascal Barandigya, y su homólogo tanzano, Mwigulu Nchemba.

El pasado viernes, Nchemba ya dio un ultimátum a ACNUR con un plazo de siete días para que repatriara a los refugiados burundeses que quieren volver a su país; en caso contrario, dijo, Tanzania se ocuparía de hacerlo.

Al menos 8.000 refugiados solo en el campamento de Nduta, en el oeste del país, se han registrado para una repatriación voluntaria a Burundi.

ACNUR estima que en la actualidad hay 249.000 burundesesque han huido de la agitación política en su país y se refugian en Tanzania.

Tanzania acoge a la mayoría de refugiados burundeses en tres campamentos superpoblados, en tanto que Ruanda se ocupa de aproximadamente 84.000 burundeses, Uganda de 45.000 y la República Democrática del Congo de unos 41.000.

Un número más pequeño de burundeses han huido también a Kenia, Zambia, Mozambique, Malaui y Sudáfrica.

Desde abril de 2015 unas 410.000 personas habrían huido de Burundi, según los últimos datos.

Burundi se encuentra sumido en el caos desde la oleada de protestas desatada en abril de 2015, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, anunció que se presentaría por tercera vez consecutiva a las elecciones, algo prohibido por la Constitución y que violaba los acuerdos que acabaron con una larga guerra civil en 2005.

Desde entonces, en el país africano han muerto centenares de personas y cerca de medio millón se han visto obligadas a dejar sus hogares, según datos de la ONU, que también ha alertado de un posible genocidio.