La musulmana Halimah Yacob se convirtió hoy en la primera presidenta de Singapur, al ser la única candidata que superó todos los requisitos para las previstas elecciones a la jefatura del Estado.

Yacob, de 63 años y etnia malaya, jurará el puesto mañana, en una ceremonia auspiciada en el Palacio presidencial de Istana, apuntó en la Oficina del primer ministro, Lee Hsien Loong, en un comunicado.

"Necesitamos a todos los singapureses unidos (...) No hemos alcanzado todavía nuestro máximo potencial (como país). Lo mejor está por llegar (...) Pido que nos centremos en nuestras similitudes y no en las diferencias", declaró la nueva presidenta tras hacerse efectivo su nombramiento.

Yacob, acompañada por su marido y centenares de seguidores, pidió "unidad", en un discurso en inglés y malayo.

El Legislativo singapurés aprobó en 2016 una reforma de la Constitución por la cual los comicios presidenciales quedan reservados a una de las etnias de la multicultural ciudad-estado si ningún candidato de este grupo ha albergado el sillón en los últimos 30 años.

"Yo soy la presidenta de todos", apuntó Yacob, cuyo puesto tiene carácter más representativo que ejecutivo.

Yacob nació en 1954 en Singapur hija de un musulmán de origen indio y de madre malaya.

Casada y madre de cinco hijos, se inició en política con el Partido de Acción Popular (PAP), que gobierna el país desde 1959, y entró en el Parlamento en 2001.

Consiguió su primera cartera en 2011, como ministra Deportes, Juventud y Desarrollo Comunitario, y dos años después ocupó la presidencia del Parlamento.

El mes pasado, renunció a la presidencia del Legislativo y se dio de baja en el PAP para poder concurrir a las elecciones presidenciales.