Al menos 12 miembros de diferentes cuerpos de seguridad afganos han muerto en un atentado suicida con un vehículo militar cargado de explosivos contra instalaciones oficiales en el distrito de Marouf, en la sureña provincia de Kandahar, informaron fuentes policiales.

El ataque se produjo anoche cuando un grupo de insurgentes lanzó un vehículo Humvee robado con anterioridad a las fuerzas afganas y lo detonó frente al complejo en el que están el cuartel de la Policía, el gobernador del distrito y otras instalaciones públicas, dijo el portavoz de la Policía de Kandahar, Ahmad Zia Duranai.

"La fuerte explosión mató a doce de nuestros miembros de seguridad, incluyendo Policía Nacional, Policía Fronteriza y personas del Directorio Nacional de Seguridad" e hirió a otros cuatro, dijo Duranai.

Un portavoz talibán, Qari Yusuf Ahmadi, indicó en un correo electrónico que el ataque comenzó con la detonación del "tanque" por un suicida y continuó con una acción de guerrilleros talibanes que dejaron "bastantes" miembros de las fuerzas de seguridad muertos y capturaron munición.

Añadió que tras el ataque los talibanes habían ocupado todas las instalaciones del complejo, algo que rechazó el portavoz policial.

"Ni el complejo de Marouf ni ningún puesto de seguridad ha sido capturado por los talibanes, eso es mera propaganda", afirmó.

"La situación es ahora de calma y ha vuelto a la normalidad en a zona" y todas las instalaciones están bajo control de las fuerzas de seguridad afganas, agregó.

El ataque se produjo en la misma jornada en que el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, visitaron Kabul para ratificar el apoyo militar al Gobierno de Ashraf Gani.

Según el informe del Inspector Especial para Afganistán (SIGAR) de Estados Unidos divulgado el mes pasado, la guerra en Afganistán está "estancada", con el Gobierno controlando menos de un 60 % del país.